CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Ni los soldados, ni la Guardia Nacional van a ayudar a mejorar la situación que se vive, si no nos arrepentimos todos y cambiamos, mencionó el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Benjamín Castillo Plascencia, durante su mensaje de inicio de la Cuaresma en la misa que celebró ayer en Catedral.
Mencionó que la ceniza se obtiene de las palmas que fueron bendecidas el Domingo de Ramos de años anteriores, mismas que son quemadas para que los restos sean utilizados en este día, luego de que son aromatizadas con incienso. Indicó que el sacerdote, diácono e incluso un laico, son quienes pueden imponer la ceniza.Gerardo Hernández Guerrero
Invitó a los fieles que recibieron la ceniza a tener un verdadero cambio de vida, y a no quedarse solamente con el signo externo, sino que lo vivan de manera interna, ofreciéndose como Cristo se ofreció por la humanidad.
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También destacó que “En la Semana Santa que inicia con el Miércoles de Ceniza, se celebra el amor que Cristo nos da al entregar su vida por todos. Cristo habla de tres cosas que debemos imitar:
La Acción, es decir, dar limosna, ayudar a quien lo necesite, pero en secreto para que sólo lo vea Dios; el ayuno es la segunda cosa a imitar, pero en este no debemos poner la cara triste para que otros vean que ayunamos, eso sólo lo tiene que saber Él; y la tercera cosa es hacer penitencia”.
Después de la homilía, el obispo recibió la ceniza por parte del Padre Gilberto Rico, y luego el obispo impartió la ceniza al padre Gilberto y al padre Samuel, para después ponérselas a los cientos de fieles que acudieron a la celebración eucarística.
ARREPIÉNTETE Y CREE EN EL EVANGELIO
Por otra parte, las palabras 'Arrepiéntete y cree en el Evangelio' o ´Polvo eres y en Polvo te Convertirás´ dichas a los fieles durante la imposición de la ceniza, anuncian el inicio de la Cuaresma, y por lo tanto, de la Semana Santa. Las personas que acudieron a Catedral, así como a los templos de San Francisco de Asís, El Carmen, San Agustín, la Tercera Orden, formaron una fila para llegar al altar, donde les fue colocada la cruz en la frente o en la cabeza, al finalizar la misa o de escuchar la liturgia de la palabra propia de este día.
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Este simbolismo recuerda a los fieles su origen y fin, es decir, se recuerda lo dicho en las escrituras, en el libro del Génesis 2,7 que dice: "Dios formó al hombre con polvo de la tierra", y en Génesis 3,19 que señala: "Hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho". La imposición de la ceniza también la pueden recibir los no católicos, ya que es un sacramental, es decir, no conceden la gracia del Espíritu Santo, por lo tanto, a los fieles tampoco se les obliga estar confesados.
Por otra parte, quienes reciben la ceniza, pueden quitársela en el momento que quieran, dado que no existe una obligación para tenerla cierto tiempo, sino que, lo importante es que mantengan una actitud de recogimiento y alegría.