CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Con la lectura de la palabra y la bendición de las palmas este Domingo de Ramos inició la Semana Santa, donde cientos de fieles católicos se congregaron en el quiosco de la Alameda, lugar donde salieron en procesión con las Palmas hasta llegar a la Catedral para participar en la Sagrada Eucaristía presidida y concelebrada por el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma.
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Durante su mensaje, el obispo destacó que la celebración más importante para un cristiano-católico es la Pascua, ya que se celebra la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, por tal motivo, pide a los fieles vivir estos días en recogimiento espiritual y exterior.
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“No son tiempos de diversión, de parrandas, de juegos, sino de meditar los misterios de la pasión, reflexionar el amor tan grande de Dios nuestro señor por nosotros, recordar nuestros pecados, nuestras faltas y volver confiadamente a la misericordia de Dios, para que pasada la pascua vivamos con ese corazón nuevo que nos da Jesucristo”.
“Invitar a todas las personas a que acudamos en los distintos horarios que hay en las parroquias y templos a los oficios. A veces desgraciadamente le dan más importancia a algunas expresiones tradicionales que no están mal, son buenas, pero no suplen el aspecto litúrgico”.
“Por ejemplo, el viacrucis o tres caídas, es importante participar en la escenificación, pero en los oficios que son después de las 15:00 horas ya no acuden porque ya se quedaron a comer, insolados, cansados, se llevaron dos, tres horas en caminar y en los oficios viene muy poquita gente. Es invitarlos a que si van a estos elementos de tradición, no olviden estos elementos litúrgicos”.
Otro ejemplo, dijo, es la Procesión del Silencio, ya que va mucha gente a acompañar a la Virgen María en su dolor, sin embargo, la gente termina privándose de los oficios, los cuales son muy importantes.
Mencionó que en el caso del sábado santo, el cual es un día de recogimiento, muchas veces la gente no participa en la Vigilia Pascual porque prefieren irse al balneario o de vacaciones, en lugar de quedarse en oración, meditación, luto y silencio antes de la resurrección del señor.
Además, indicó que después de la pandemia “veo con mucho gusto el fervor de nuestra gente, realmente ha abarrotado los templos. La gente ha regresado a nuestros templos, a vivir su experiencia de fe en los sacramentos y, sobre todo, expresar su fe en muchas expresiones de religiosidad popular. Estamos contentos con nuestra gente”.
Finalmente, dijo que actualmente lo que une al pueblo mexicano es la fe, ya que une a ricos, pobres, cultos e incultos. “La Iglesia es casa de todos, como decía la Virgen Santísima, es la Casita Sagrada donde nadie se siente extraño, es una casa abierta para todos. Tenemos que ayudar para que a través de la fe nuestro pueblo se siga manteniendo unido y se siga manteniendo un solo pueblo”.