CELAYA, Gto.- La Cuaresma, la cual inicia este miércoles 14 de febrero con la imposición de ceniza, debe invitar al católico a la conversión y, aunque el ayuno y dejar de comer carne roja es esencial durante este tiempo litúrgico, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya, destacó que también es importante que se deje “de comer carne del prójimo”, es decir, de criticar y hablar mal de los demás.
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Aguilar Ledesma explicó que el miércoles de ceniza, así como los viernes de Cuaresma a los católicos se les invita a no comer carne roja por tres motivos: recordar la muerte de Jesús con amor, agradecimiento y respeto, por tradición de la Iglesia y para que hagan un sacrificio por los pecados cometidos.
“Hay que sacrificar un poco nuestra carne, nuestros apetitos, no darle al cuerpo todo lo que nos pide. Es parte de los vicios que tenemos en la vida, no sabemos ponernos límites, todo lo queremos, todo nos permitimos y no sabemos poner límite a nada”. Indicó que es necesario tener virtud, “y la virtud significa esfuerzo, sacrificio”.
“Nuestra gente no tiene deseos de mortificarse, mortificar significa dar muerte a un deseo, si una persona no es capaz de dejar de comer, menos va a querer dejar el alcohol o dejar el mal, si no puede con lo más pequeño, menos con lo demás, es gente que no tiene disciplina”.
En este sentido, el Obispo destacó que así como es importante que se prive de comer carne en el aspecto físico, también lo es en lo espiritual, por tal motivo, exhortó a los fieles católicos a que no solo se abstengan de comer carne roja, sino también carne del prójimo para dejar a un lado el pecado.
Sobre esto dijo que “no solamente debemos abstenernos de comer carne roja, sino abstenernos de comer carne del prójimo, así como uno se priva del alimento corporal, hay que privarnos de todos estos vicios que tenemos. La carne del prójimo es muy sabrosa, por eso, así como la gente se come los tacos, así se come al prójimo. La lengua es muy fácil soltarla”.
De igual forma, comentó que el miércoles de ceniza y el Viernes Santo es importante cumplir con el ayuno, a excepción de aquellos que por prescripción médica no están obligados a la abstinencia o el ayuno.
Otro punto que quiso destacar fue que, el hecho de que no se coma carne roja, no significa que la gente esté obligada a comer pescado, el cual es un alimento que durante la Cuaresma y la Semana Santa tiene costos muy elevados.
Por tal motivo, aclaró que la finalidad de la abstinencia no es gastronómica, sino que las familias en lugar de comer pescado pueden preparar frijoles, nopales, capirotada, papas, caldo de haba, tortillas, ensaladas, entre otras cosas. “No es dejar de comer carne de res para comerme un huachinango, es de dejar de comer carne, pero también dejar de comer carne humana, dejar de hacer el mal, es hacer cambios morales, espirituales que son lo más importantes, no los gastronómicos”.
“Lo importante es aprovechar las cuatro semanas de preparación de manera espiritual, intensificando la oración, la lectura de la Palabra de Dios, los actos de piedad, de misericordia y de penitencia. Con esto nos preparamos bien para la Semana Santa y la Pascua. Un día después de vivir en este mundo vamos a trascender, nuestra carne mortal un día será honrada con la glorificación, no es el culto a la carne, lo material”.
En síntesis, el Obispo puntualizó que la esencia de estas fechas es el amor y el respeto a la muerte de Cristo, el sacrificio y la mortificación de los vicios, la penitencia que ayuda a mitigar un poco los pecados, pedir perdón y, sobre todo, “a trascender en la vida amando a los hermanos cada día mejor, haciendo obras de caridad, de tal manera, que si yo me privo de esto es para ayudar a otros”.
Indicó que es importante trascender y dejar de idealizar y endiosar la carne como “si fuera lo máximo. Nuestra carne es efímera, no pasa nada si un día no comemos carne, ni por el precio y la calidad que tiene muchas veces a lo mejor hay que obviarla, aunque no sea viernes de Cuaresma”.
MIÉRCOLES DE CENIZA EN CATEDRAL
Por otra parte, el padre Samuel Damián Pascual, vicario de Catedral, informó que el 14 de febrero a las 7:30 horas el obispo concelebrará y presidirá la misa. Al finalizar se impartirá la ceniza a los presentes. A las 9:00 horas se celebrará otra misa, a las 11:00 horas se realizará la celebración de la Palabra y habrá confesiones.
A las 12:00 horas se oficiará otra misa. Después de 13:00 a 19 horas se realizarán las celebraciones de la palabra y confesiones, a las 20:00 horas se oficiará otra misa y habrá confesiones, mientras que a las 21:00 horas se llevará a cabo la celebración de la palabra. Durante toda esta jornada se estará colocando la ceniza a los fieles.