GUANAJUATO, Gto. (OEM-Informex).- Las bacterias son las responsables del deterioro de los dientes, las cuales se alimentan de los azúcares simples, llamados monosacáridos, y que se consumen a través de la dieta diaria, éstas producen ácidos que destruyen el esmalte dental.
María del Carmen Esparza Méndez, coordinadora del Servicio de Estomatología, de la Delegación Guanajuato del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) enfatizó:
Además de lo ya mencionado, si se consume un alto contenido de azúcares, se puede provocar resistencia a la insulina, sobrepeso, obesidad y diabetes mellitus tipo 2.María del Carmen Esparza Méndez
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El azúcar se encuentra en la miel, fructuosa, sacarosa, sirope de fructuosa y de maíz, concentrado de jugo de frutas y otras sustancias.
El exceso en el consumo de productos azucarados puede llevar a la obesidad, ya que éste reduce el consumo de alimentos nutritivos. Si el cuerpo no recibe todos los nutrimentos que necesita para formar energía y realizar otras funciones en cada comida, entonces se acumula como grasa, causando obesidad y otras enfermedades crónicas como alta presión, alto colesterol, piedras en la vesícula, diabetes mellitus, entre otros.
Existen investigaciones en infantes que indican la asociación entre el nivel de ingesta de azúcares y la caries dental; las pruebas científicas sugieren tasas más altas de caries dental cuando el nivel de ingesta de azúcares es superior al 10 por ciento de la ingesta calórica total, en comparación cuando es inferior a ese 10 por ciento.
Agregó la funcionaria del IMSS que si bien la exposición al flúor reduce la caries dental en una edad determinada, y retrasa el proceso de afección, no la evita, ya que puede seguir su avance.
Dado que la caries dental es la consecuencia de la exposición durante toda la vida a un factor de riesgo alimentario, es decir, los azúcares; para reducir al mínimo el riesgo de caries dental, la ingesta de azúcares libre debe ser la menos posible.
Resaltó Esparza Méndez que si el menor presenta caries en sus piezas dentales, aunado a que consuma dulces pegajosos o chiclosos, se expone a sufrir fracturas, destruyendo más rápido sus dientes.
Dijo que aunque no es factible prohibir a los infantes la ingesta de dulces, es recomendable vigilar la cantidad y calidad de los mismos, así como estar pendientes de la técnica de cepillado y la frecuencia de la misma, tres veces al día, preferentemente después de cada alimento; en caso de que él o la menor consuma más productos azucarados, la frecuencia del lavado debe ser más frecuente, para evitar que padezca caries.