CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- La visita de los siete templos el Jueves Santo, es una tradición que se remonta a mediados del Siglo XVI cuando los primeros misioneros franciscanos llegaron a México y se comenzó a representar el recorrido que hizo Jesús para ser juzgado por las autoridades judías, todo esto como parte de la evangelización de los pueblos. Con el paso del tiempo, esta tradición se arraigó y desde entonces los fieles católicos continúan visitando los siete templos cada Jueves Santo, así lo explicó el padre Israel Hernández Carmona, Vicario Episcopal para la Pastoral de la Diócesis de Celaya.
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El sacerdote precisó que con las llamadas doctrinas franciscanas también se comenzaron a representar los viacrucis y las procesiones, y aunque su principal función es la evangelización, ahora se tiene una finalidad más folclórica y cultural, debido a que la tradición ha ido evolucionando.
Sobre cuántas personas acuden a la visita de los siete templos, dijo, es incierto, “porque antiguamente el recorrido solamente se hacía en la parte del Centro Histórico, en los templos fundacionales como El Carmen, San Agustín, San Francisco y la misma Catedral”.
“Pero ahora ha proliferado tanto que casi todas las capillas, parroquias y rectorías de la ciudad y la periferia hacen sus altares y sus visitas, y las promueven con la representación de personas, por lo que, es difícil calcular el número. Sin embargo, lo que se puede decir es que del 100% de los católicos practicantes, por lo menos el 80% participan en los actos litúrgicos y de piedad que hay para la Semana Santa”.
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Mencionó que el lugar donde se hacen las visitas se le llama “Monumento”, debido a que ahí se encuentra el Santísimo Sacramento para que los fieles lo vayan a visitar. En el lugar, agregó, debe haber silencio, predominar el color blanco y tener los elementos para hacer oración, que es el sentido del Jueves Santo.
De igual forma, el sacerdote explicó que existen dos tipos de catolicismo en la práctica cristiana y son el “Catolicismo Oficial”, que es lo que promueve la Iglesia dentro del templo, los actos litúrgicos con horarios, donde se exige y se vive un recogimiento al 100%.
Y el “Catolicismo del Pueblo”, donde los fieles tienen una expresión más folclórica, de descanso, desahogo y recreación, porque es parte de su religiosidad popular, pero se realiza fuera del templo con sus manifestaciones y expresiones.
“Para participar en los oficios litúrgicos se pide que se tenga un encuentro con el misterio que se va a celebrar. San Agustín decía que a la Semana Santa se le llamaba la semana mayor porque son mayores los misterios que se celebran, es decir, es la oportunidad culmen para renovar lo que no hemos renovado, nuestra fe, confianza, oración y petición en Dios”.
“Les recomendaría que vivieran la Semana Santa con una actitud de espiritualidad, recogimiento y de encuentro, que se dejen encontrar con Jesús que va a pasar adolorido, sufriente, así como la sociedad que tenemos, que en Él veamos lo que nos está haciendo falta y renovemos lo que tengamos que renovar a nivel personal y social”.
Este Jueves Santo, destacó, los fieles deben vivir toda su espiritualidad, ya que es un día donde se recuerdan tres elementos importantes que son: La institución del sacerdocio, el mandato de la caridad y, sobre todo, el mandamiento del servicio.