CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Como cada año, la señora Raquel y Juana Alvarado, acudieron al panteón a visitar a sus mamás, quienes fallecieron hace nueve y ocho años respectivamente. La primera, mencionó que es importante que las personas valoren mucho a sus mamás mientras estén vivas; mientras que la segunda, destacó que cuando se pierde a una madre, es necesario pedir mucho a Dios para que les dé mucha fortaleza para sobrevivir sin su amor incondicional.
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HAY QUE CUIDARLAS Y VALORARLAS: RAQUEL
Realizando un recorrido por el panteón Sur, nos encontramos a la señora Raquel, quien hace nueve años perdió a su mamá un Viernes de Dolores, debido a la esclerosis. Platicó que ella fue muy amorosa con sus 10 hijos, los cuales le han dado ya 20 nietos, más algunos bisnietos.
Además, mencionó que “cada Día de las Madres venimos a visitarla, le limpiamos su lugar, le ponemos flores, le rezamos y le ofrecemos una misa, pero hacer todo esto y saber que aquí están sus restos no es suficiente, eso no llena el vacío que me dejó. Tengo sentimientos encontrados, porque sé que ya está descansando de su dolor, pero al mismo tiempo nada, ni nadie puede reemplazar el dolor que tengo”.
“A todos lo que todavía tienen a sus mamás los invito a que la cuiden y la valoren mucho, porque no saben lo difícil que es vivir sin ellas. Los que no la tienen saben de lo que hablo. Sobre todo, quiero que los jóvenes tengan consciencia de esto, muchas veces quieren olvidarse que tienen mamá, son groseros, no valoran sus consejos, su preocupación y desafortunadamente cuando uno la pierde es cuando más se valora todo eso”.
SOLO DIOS DA FORTALEZA: ALVARADO
Por otro lado, en el panteón Norte, se encontraba la señora Juana Alvarado, quien desde hace ocho años perdió a su mamá debido al cáncer y desde entonces “la vida es muy triste”, ya que explicó que antes de su partida, cada 10 de mayo se reunían los siete hermanos en su casa para festejar a “la jefa del hogar”.
“Pero después de que ella murió y a pesar de que no estamos peleados, por alguna razón los hermanos ya no nos volvimos a juntar, nos separamos, nos amamos mucho, pero después de que mi mamá ya no está, ya no volvimos a ser los mismos”.
Actualmente, dijo, acude junto a su nieta a rezar a la tumba de su mamá, a ofrecerle oraciones y a platicar un rato con ella para ponerla al tanto de las cosas que han pasado en este tiempo. A quienes todavía tienen a su mamá les dice que “la cuiden y valoren mucho, porque después es demasiado tarde. Si quieren regalarles flores o serenata, que sea en vida. Hay que valorar sus consejos y regaños, porque siempre es por nuestro bien, porque nos aman”.
A quienes ya perdieron a su mamá, les dice que “le pidan mucho a Dios que les de fortaleza para sobrevivir sin sus mamás, sin su amor incondicional y que les de fuerza para resignarnos”. Además, agregó que a pesar de que le quedan sus hijos y nietos, a los cuales ama mucho, “el vacío que queda la muerte de mi mamá, nadie lo va a llenar, nadie va a suplir ese amor que ella me daba”, concluyó.