CELAYA, Gto.- Para dar gracias por los favores recibidos y, para pedir su intercesión por el buen temporal y las lluvias, este miércoles, fieles católicos llevaron diversas ofrendas a la imagen de San Isidro Labrador, las cuales incluían: frutas, verduras, pan, agua, flores, veladoras e incienso, además de que se encontraban dos canastas para que colocaran su limosna o diezmo.
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Isidro Jiménez Corrales, quien es uno de los organizadores de la festividad y descendiente de quien tuvo a cargo la imagen del santo por muchos años, mencionó que los vecinos y fieles a San Isidro cada año llegan a la capilla para pedir por la lluvia y, de paso “dejan su ofrenda como agradecimiento a las intercesiones que ha hecho por ellos con Dios”.
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“La gente viene y da su diezmo, agradece por las bondades que ha recibido en el año. Antes, por ejemplo, mi abuelo que era campesino venía a dejar su ofrenda que podía ser maíz, trigo, sorgo, verduras, entre otras cosas, para agradecerle su intercesión para que hubiera lluvias, las cuales ayudan a que salga buena la cosecha”.
“Ahora la gente viene y le deja pan, diferentes tipos de fruta, de verdura, dejan platos con comida, le traen flores y hasta veladoras. Los que no tienen algo que traer lo que hacen es dejar su limosna o el diezmo en una de las canastas que se colocan en su altar que se encuentra afuera de la capilla. Todo lo que aquí se le deja, se le dona al templo porque tiene muchas necesidades”.
Por otro lado, al celebrar la sagrada eucaristía, el sacerdote junto con los fieles pidió a Dios por intercesión de San Isidro que este año “nos socorra con una buena lluvia para nuestros campos y ciudades. También para que se renueve el corazón del hombre para conseguir la paz y sean en todo momento un testimonio de Cristo”.
Durante el día, los fieles regalaron comida y agua a los visitantes que se quedaban a disfrutar de la música en vivo de banda, mariachi, conjunto norteño y más. El señor Isidro agradeció a todos los que ayudan a que esta fiesta sea posible y a los familiares de sus vecinos que se fueron a trabajar al norte y que cada año mandan dinero para cooperar con la festividad.
Para concluir, aunque no recuerda la fecha exacta, mencionó que hace muchos años a su abuelo Isidro Jiménez, unos españoles que regresaban a su país le dejaron la imagen de San Isidro a su cuidado, pero con el paso del tiempo decidió que sería mejor construirle una capilla para compartir la fe con los demás. Al hablar con los vecinos, todos estuvieron de acuerdo, por lo que cooperaron y construyeron la capilla en la que la imagen se encuentra actualmente.