CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- El Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, lamentó que continúen las extorsiones, la muerte y la inseguridad en Celaya por parte del crimen organizado; ante esto, pidió una tregua para que se detenga la violencia en todas sus manifestaciones y exhortó a todos los que hacen el mal a que se concentren en cristo que es la paz.
Refirió que las extorsiones y asesinatos que siguen ocurriendo están impactando de una manera muy fuerte en los mercados, lugares que, considera muy importantes para la vida económica de una ciudad, por ello lamentó que sigan ocurriendo estos actos.
Pidió a los comerciantes que, para hacer frente a esto, se agrupen para defenderse y cuidarse, ya que es necesario aprender a vivir en un mundo cada vez más difícil. También exhortó a que “en estos días santos vayamos todos en paz, hagamos una tregua a la violencia, a la inseguridad y a todas las formas que existen para que nos concentremos en cristo nuestra paz”.
Indicó que esta tregua que pide durante la Semana Santa se extienda a todos los días del año. De igual forma, invitó a las familias a que estén unidas, que oren y pidan a Dios que como fruto de su resurrección conceda la paz y la tranquilidad en las calles, colonias, comunidades, pueblos y ciudades.
Asimismo, se dirigió a los fieles para decirles que en esta semana se nutran de la fe, la palabra de Dios y los misterios de la gracia, que trabajen por la paz, que se incorporen a las actividades de la diócesis como las marchas por la paz, que participen en las mesas de seguridad y que trabajen junto a sus vecinos en la reconstrucción del tejido social empezando con la educación de sus hijos para que aprendan a resolver los conflictos sin violencia.
Por otra parte, comentó que en estos tiempos se están haciendo más fuertes los pecados de la mentira, la cultura de la muerte, la injusticia, el egoísmo y la guerra, sin embargo, dijo que no se debe esperar a que todo lo arregle el gobierno o quienes presiden la Iglesia, ya que se necesita la ayuda de todos para que se logre la paz y la reconciliación que tanto se anhela.
“Hemos de ser fieles a la misión para la que nos ha ungido el Espíritu Santo no solo los sacerdotes y obispos, sino a todos los bautizados y confirmados a comprometernos a combatir la pobreza, la miseria, el hambre, el analfabetismo, la insalubridad, la injusticia, la opresión, pero con los métodos de Jesús, no con violencia, ni con armas, ni con agresiones o amenazas, ni con descalificaciones mutuas o enfrentamientos partidistas, no con discursos incendiarios, ni denuncias polarizadas, sino con paz”, concluyó el Obispo.