CELAYA, Gto.- Alrededor de mil feligreses se acercaron a los sacerdotes que a lo largo de la semana pasada dieron el sacramento de la confesión en distintos puntos de la ciudad, a cielo abierto, como parte de la Jornada Parroquial de Reconciliación, por lo que el padre José de Jesús Palacios, vicario de pastoral y vocero de la Diócesis de Celaya, consideró que les fue muy bien, y debido a la buena respuesta de la ciudadanía, se espera poderse repetir en otro momento.
➡️ Suscríbete a nuestra edición digital
Comentó que en un principio, como es natural, el servicio de la reconciliación se vio con desconfianza, debido al desconocimiento, incluso se llegó a pensar por algunos si se trataba de algún culto, pero al acercarse, se les informó el motivo de la presencia de los sacerdotes.
“Más allá de poner a un cura en la calle para confesar para ejercer el sacramento de la confesión, un grupo de laicos apoyó mientras los sacerdotes comenzaban, e iban informando a la gente el objetivo de la jornada de la confesión, además de hacer oración por las personas que pasaban”, señaló.
Por otro lado, también había un grupo de laicos atendiendo a los niños mientras los papás participaban en la confesión, y otro grupo más de laicos estaban al pendiente de cuando al penitente se le daba la absolución, entonces el laico se acercaba para darle un abrazo como signo de renovar su gracia, además de entregarle un detalle como rosarios u oraciones.
“El objetivo fue poner en todo un concepto el sacramento de la reconciliación, que no es solamente un sacerdote en la calle confesando, sino que es volverse a integrar a la comunidad que es la iglesia, la comunidad que reza, que ora, que pide, la comunidad que acompaña a los pequeños en el conocimiento de la fe, la comunidad que te abriga, que te abraza, no sólo el sacramento sino el hacerte escuchar y darte un abrazo, finalmente es la comunidad que te acepta a través del sacramento de la reconciliación”, precisó.
Comentó que fue una experiencia nueva, con temores, porque se temía a que no llegara persona alguna, pero poco a poco fue creciendo, de tal manera que el último día, el viernes, ya había mucha gente, con cuatro sacerdotes afuera confesando, desde las seis de la tarde, hasta las 9 y media de la noche.
“Es la oportunidad de hacer ver que la misericordia de Dios, el amor y perdón de Dios se acerca a ti. Una señora me comentó que pasó, vio, y pensó que ni católicos eran, y se fue, pero regresó, le informaron y formó para confesarse. Me comentó que tenía mucho tiempo sin confesarse y que Dios le estaba dando la oportunidad, y pues no podía decir que no tenía tiempo, y se confesó”, explicó.
Enfatizó que se vio a mucho joven, a pesar de la situación, y se les preguntó por qué se acercaban a confesar, y respondieron que estaba más cómodo y fresco, pero se sentían mejor confesarse afuera que en el templo.
Dijo que hubo gente que tenía años sin confesarse, otros tenían meses, pero fue una buena experiencia que esperan y se vuelva a repetir.
El lunes estuvieron en el pasaje Góngora, el martes confesaron en la Plaza San Agustín, el miércoles fue en el Jardín Principal, el jueves fue en el Parque Morelos, y el viernes confesaron en la plazuela frente a San Francisco y Catedral. El lunes estuvieron dos sacerdotes, el martes fueron tres padres, el miércoles tres, el jueves tres y el viernes cuatro sacerdotes.
“Debido a la buena experiencia, se podría renovar para el próximo año. Pero todos los días seguimos confesando en casa misa en Catedral, a las 9 de la mañana, 12 del mediodía y 8 de la noche”, concluyó.