IRAPUATO, Gto. (OEM-Informex). La pandemia de Covid-19 dejó al descubierto que las cadenas de distribución y suministro de alimentos a nivel mundial eran endebles y por ello hubo un incremento en la pobreza alimentaria en prácticamente todos los países.
Así lo señaló Carolina Trivelli Ávila, asesora senior en Análisis Estratégico de la Oficina Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) para América Latina y el Caribe, quien dijo que a pesar de que el sector agroalimentario fue el que mostró mayor resiliencia, se detectaron áreas de oportunidad que deben atenderse, como jamás volver a cerrar los mercados locales ante una contingencia, sean terremotos, inundaciones, huracanes o una nueva pandemia que pudiera surgir.
“En FAO lo que hemos aprendido, a raíz de la pandemia de Covid-19, es que hay una gran oportunidad para sumar esfuerzos para enfocarnos mejor en atacar aquellos aspectos de las cadenas de suministros que terminan siendo las más débiles y que con eso pueden poner en riesgo un adecuado proceso de alimentación para la mayor parte de ciudadanas y ciudadanos de América Latina”, dijo durante su participación virtual en el Foro Global Agroalimentario celebrado en Irapuato.
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Carolina Trivelli explicó que las medidas sanitarias adoptadas por diferentes gobiernos como medio de contención de la pandemia por Covid-19 generaron desafíos en términos de limitaciones logísticas.
“Los impactos directos han sido enfrentados por los segmentos intermediarios de la cadena de suministro, como mayoristas, logística y procesamiento y el sector final de empresas minoristas y de servicios de alimentos”.
Por ello, expuso que las interrupciones en la cadena de suministro por la pandemia provocó un aumento en los precios de alimentos y por ello se generó un incremento en términos reales de la pobreza alimentaria, pues no hubo alimentos en el tiempo esperado y los que habían estaban altos en su costo.
Ante este escenario, Carolina Trivelli señaló que las áreas de oportunidad que se detectaron fue el abogar por que lo corredores comerciales permanezcan abiertos, así como facilitar el movimiento de trabajadores estacionales y operadores de transporte a nivel nacional e internacional.
También, en momentos de crisis se debe apoyar el funcionamiento continuo de los mercados locales de alimentos y jamás volverlos a cerrar. Para ello, dijo, también es necesario el uso de tecnologías de la información, pues éstas se convirtieron en medios innovadores para fomentar el suministro de productos frescos desde la granja hasta los consumidores, así como se dejó ver la urgencia de organizar en los territorios redes de producción y de comercio minorista.
“La cadena de suministros es parte fundamental para el abastecimiento de alimentos a la población, es por eso que se necesita tener conciencia de que en el futuro existirán otras amenazas que implican riesgos sistémicos, tales como eventos climáticos extremos, conflictos armados, migración forzada, pérdida de biodiversidad y otras pandemias que afectarán al abastecimiento de alimentos.
“Por ello conviene tomar esta crisis como una oportunidad sin precedentes para repensar la manera en que funcionan nuestros sistemas alimentarios y adoptar medidas de recuperación que permitan transitar en el largo plazo a economías agrícolas más inclusivas, sostenibles y resilientes a disrupciones”.