CELAYA, gto.- (OEM-Informex):- A pesar de que en verano bajan las ventas de buñuelos, se espera que durante Semana Santa se incremente hasta en un 100 por ciento, ya que es parte de la riqueza gastronómica de Celaya, y uno de los principales atractivos para el turismo regional y nacional, además de las gorditas.

Francisca Jiménez, de Buñuelos y Atoles Francisca, ubicada en la explanada o frente a Catedral y San Francisco, comentó que las mejores fechas para la venta de buñuelos es en diciembre, porque a la gente se le antoja un atole o un café siempre acompañado del buñuelo.

Dijo que en días normales en verano, las ventas son de 20 a 30 buñuelos al día, sobre todo por la mañana y por la noche, mientras que en días de diciembre se venden de 50 a 60 buñuelos al día.

Expuso que con motivos a Semana Santa, en donde se incrementa el número de turistas tanto nacionales como regional, las ventas aumentan en un 100 por ciento, y de 20 buñuelos que se venden al día, el Jueves y Sábado de Gloria se venden hasta más de 60.

Detalló que el día en que más se venden los buñuelos, es el Jueves, durante la Visita a los Siete Templos, pero también el Viernes Santo, por la Procesión del Silencio; y en ambos días la gente, ya en la tarde, ya noche, se le antoja el buñuelo y el atole, como uno de los antojitos mexicanos y típicos de Celaya.

Señaló que los buñuelos, así como las gorditas, son dos de los productos tradicionales de Celaya, pero sobre todo las gorditas, muy típicas del municipio; pero en el caso de los buñuelos, su sabor es lo que los hace particular.

Cabe señalar que la señora Francisca Jiménez, tiene más de 20 años al frente del negocio, el cual le fue heredado por su suegra, la señora María de la Luz Macías, quien a su vez ya tenía más de 30 años vendiendo atole y buñuelos frente de Catedral y San Francisco

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Ha sido una tradición la venta de buñuelos y distintos tipos de atoles, y aunque parecen todos iguales, los buñuelos de “Buñuelos y Atoles Francisca”, son únicos, porque las recetas son únicas, una herencia cultural gastronomía de hace más de medio siglo

la señora Francisca Jiménez

Para concluir, expuso que a lo largo del tiempo de calor, se sobrevive con bajas ventas, porque es la tradición lo que buscan mantener viva, y por ello el sacrificio de seguir trabajando con bajas ventas, y no cambiar de producto durante el año; pero ya desde otoño y sobre todo en invierno, las ventas mejoran, y se recupera lo que se perdió en verano.