CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Los dos grandes retos del gerontólogo, que este 1 de septiembre celebra su día, son fomentar en la población en general que la vejez no es una enfermedad, además, se buscará fortalecer la carrera para caminar al lado del adulto mayor con el fin de propiciar actividades que le permitan seguir aprendiendo de la vida, con el don del asombro, y a la vez que las nuevas generaciones aprovechen sus conocimientos y experiencias.
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Amalia Guadalupe Vega, gerontóloga, está a cargo del programa del adulto mayor en los tres centros del Sistema Municipal DIF, ubicados en San Juan de la Vega, Rincón de Tamayo, y Casa Día, a un lado de la segunda sección del Parque Xochipilli, y afirmó que uno de los mayores retos para el gerontólogo, es romper los estereotipos que existen en la sociedad hacia la vejez.
LA GERONTOLOGÍA ES EL ARTE DE SUMAR VIDA
“Hay muchas personas que les da miedo envejecer, o ven la vejez como una enfermedad, deficiencia, decadencia física y mental, y le tienen miedo, porque se imaginan que estarán abandonados. El reto es ir concientizando a la población de que la vejez no es mala, no es enfermedad, y se puede envejecer con éxito, con dignidad, de forma saludable, pero para ello debe cuidar su salud, sus hábitos de vida”, enfatizó.
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Comentó que para ello, es importante hacer un trabajo como sociedad, pero también trabajar en las relaciones intergeneracionales, entre niños, abuelos, jóvenes, adultos mayores, señoras de 30 o más años a que sepan compartir con las personas de la tercera edad.
Dijo que otro reto es dar a conocer la carrera, porque mucha gente no la conoce; incluso se aventuran a decir que es para gerente de ventas, o para atender enfermedades del oído.
Por ello, tener un gerontólogo en un Centro de Salud o en espacios del DIF, es para ir abriendo camino, y así, el gerontólogo camina con el adulto mayor, es el arte de seguir caminando y de sumar vida, no años, a las personas de la tercera edad.
Afirmó que la gerontología no sólo ayuda al adulto mayor, sino también ayuda a las generaciones anteriores a saber envejecer con dignidad, y trabaja con la familia del adulto mayor.
Ahondó que la gerontología estudia la triada del envejecimiento, vejez y adulto mayor. El envejecer es un proceso natural, tanto en México como en China, y se envejece desde que se nace hasta la muerte. La vejez es la etapa de 60 años y más. Y Adulto Mayor es como tal, la persona, porque no todos los adultos mayores son iguales; y cada quien envejece según los factores internos, en la familia, o externos como en la sociedad, así como el cómo se cuida.
“El ser humano, desde que nace, empieza a envejecer; y todos estamos envejeciendo todos los días. La gerontología ayuda al joven a saber envejecer, a que tome conciencia de las necesidades de las personas en plenitud, y que también camina hacia la vejez”, señaló.
Expuso que algunos colegas no sólo se encuentran en espacios gerontológicos como los del DIF o Centros de Salud de otras dependencias, sino también son docentes en universidades.
ELECCIÓN DE VIDA
Dijo haber elegido dicha carrera porque en casa convivió mucho con sus abuelos, y sus padres ya empezaban a entrar a la tercera edad.
Afirmó que cuando descubrió la carrera de gerontología, quedó sorprendida por las materias que tenía, y aprovechando que era una carrera muy noble, ingresó para ayudar a los adultos mayores que por experiencia familiar sabía que son muy vulnerables y requieren de atención especial.
“La Universidad Latina de México es la única universidad en Celaya, y de las pocas en Guanajuato, que ofrece la Licenciatura en Gerontología; en julio salió la séptima generación, y yo salí en la quinta generación”, comentó.
Guadalupe Vega comentó que las materias que le gustaron fueron Enfermería, Nutrición, Tanatología, Proyectos de la Andragogía, que es el conjunto de técnicas de enseñanza orientadas a educar personas adultas, pero también es considerada la ciencia que ayuda a organizar los conocimientos de los adultos.
“El adulto mayor, aparte de su sabiduría y experiencia, puede seguir aprendiendo sin importar la edad, porque el don del asombro y la luz del corazón nunca se apaga. Muestra de ello es en Casa Día en donde las personas de la tercera edad muestran un gran interés por seguir aprendiendo, por no dejar de aprender todos los días, por compartir sus conocimientos. Y si a alguien le gusta la poesía, comparte poemas, y otros cantan, bailan, pintan, siempre su espíritu en constante movimiento y como un elogio a la vida”, dijo la joven empática con las personas de edad.
Precisó que el adulto mayor no sólo es una fuente de conocimiento y experiencia que comparte todos los días, sino también está abierto a recibir nuevos conocimientos, como sucedió durante la pandemia, en donde aprendieron a manejar mejor el celular, tomando fotos, grabando videos, consultando información; y así, está en un constante aprendizaje.