CELAYA,Gto.- Luego de las masacres que se han registrado los últimos días, no solo en Celaya y el estado, sino en todo el país, el padre José de Jesús Palacios Torres, Vocero de la Diócesis de Celaya, considera importante que como sociedad se reflexione “qué es lo que hemos estado haciendo mal en la formación y educación de los hijos”.
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Palacios Torres comentó que esta situación tan lamentable debe preocuparle, verdaderamente, a los tres niveles de gobierno y a toda la sociedad, la cual debe entender que instruir y educar a los hijos no es lo mismo. “Alguien puede estar muy instruido, pero mal educado. Y yo siempre les digo, una cosa es saber cosas de Dios, eso es estar instruido y, otra cosa es vivir como Dios quiere, eso es estar educado”.
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“A lo mejor solo nos hemos preocupado solamente en instruir, en que los niños sepan cosas de Dios, de principios éticos, contenidos éticos, pero que no saben vivir en ese ámbito de fraternidad y búsqueda del bien común. Es triste y lamentable cómo han despuntado en estos últimos días hechos de violencia de gran impacto. Toda pérdida humana es lamentable y de gran impacto, con mayor razón cuando hablamos ya no de uno, sino de masacres donde matan, tres, cuatro, donde matan niños”.
Refirió que nada justifica el asesinato, menos si se trata de una equivocación o de menores de edad, sin embargo, considera que a la población no le toca ser juez de nadie, ya que lo mejor es dejarle las cosas a Dios, porque Él conoce los corazones de los seres humanos y cómo es que se manejan.
Ante esto, el sacerdote considera que “es tiempo de que nos pongamos a pensar como sociedad y gobierno, qué hemos hecho mal y que cada uno asuma su parte, que el gobierno asuma lo que le corresponde en cuestión de medidas de seguridad y la sociedad como tal, en todos sus organismos. Que la familia también asuma la parte que le corresponde”.
Mencionó que conoció a una mujer que le mencionó lo mucho que le preocupaba su hijo porque siempre traía dinero, pero no trabajaba ni estudiaba, a lo que él le respondió que no solo debía preocuparle, sino también ocuparle, porque seguramente estaba haciendo algo malo. Hay otros casos en que la familia se da cuenta de esto, pero no les importa con tal de que siga llevando dinero o cosas, lo cual está mal.
“Hay familias que solapan conductas que en el fondo son malas y que corresponden a situaciones de organizaciones criminales”, por tal motivo, considera importante que desde la familia se comience a formar y educar a los hijos para que se conviertan en personas que ven por el bien común.