CELAYA, Gto.- El Negro, un pequeño perro de ese color, no sólo es el mejor amigo del señor Jorge González, sino también la compañía que contagia el espíritu navideño durante sus jornadas de recolección de botes, cartón y plástico, y al que le puso cuernos de reno para promover en la gente un ambiente de fiestas decembrinas.
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El señor Jorge González Pérez dijo en entrevista con El Sol del Bajío que al perro lo encontró en la calle, era muy pequeño el lomito, casi recién nacido, y como tenía varios compromisos, lo dejó en el rincón de un local del centro de la ciudad, próximo a unas bancas, pero el perrito se levantó y con mover la colita se hizo el simpático con tal de que lo adoptara el hombre que todos los días sale a trabajar.
A pesar de que el hombre nuevamente no le hizo caso, el perrito seguía tras sus pasos, alegre, mueve y mueve la cola y levantando las orejas, hasta que el hombre se alejó demasiado con su triciclo y lo perdió de vista.
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En un portal del centro de Celaya, el hombre pensó que ya lo había dejado atrás, que ya no tendría que lidiar con el animal, y se dispuso a comer unos tacos sudados que sacó de una bolsa de plástico, envuelta en una servilleta para que conservara el calor.
Disfrutó su comida, sentado en una banca, con el triciclo al frente, y cuando miró de un lado a otro y no veía al perrito abandonado, sintió remordimiento, estuvo a punto de ponerse de pie en su busca y adoptarlo, pero ya era muy tarde, porque seguramente ya había encontrado dueño.
Pero en ese momento de espontaneo amor con un lomito, el perro se asomó debajo de unos cartones que traía en su triciclo, y como si el deseo se hubiese hecho realidad, el hombre cargó al perrito, le compartió su comida y agua que el animal disfrutó como un pacto de amistad.
Desde entonces tuvo a su perrito, que por el color del pelo le puso Negro, y por mucho tiempo lo ha acompañado, y las encargadas de zapaterías, ropa, telas, juguetes y demás negocios saludan a don Jorge y al Negrito, y después entregan paquetes de cartón, envases de plástico o metal.
Esta mañana, el Negrito estaba cansado, “Es que se desveló”, dijo el dueño, “Es que anduvo corriendo”, insistió don Jorge, y entonces le puso los cuernos de reno para contagiarlo con el espíritu de navidad, y también el perrito sacara una sonrisa a la buena gente que a diario le entrega cartón, latas o plástico, porque, muchas otras personas, al salir a laborar todos los días, son los héroes de la honestidad y del trabajo.