CELAYA, Gto.- Ramón Bravo Juárez, es más conocido en el mundo del patinaje extremo como “El Diablito” y recordó cómo su historia en esta actividad surgió en el bajo puente de la Avenida Constituyentes, en el skatepark que ahora está fuera de servicio por las obras que se llevan a cabo en ese lugar. Fue ahí donde encontró refugio tras una gran pérdida y donde logró alejarse de su adicción al alcohol, para iniciar en el mundo de patinetas a sus más de 40 años de edad.
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“Mi experiencia de vida en el skatepark es porque es un deporte muy bonito, aunque extremo. El patinaje para mí es lo máximo, yo a veces les comento a los amigos que yo nunca voy a dejar de patinar, voy a durar hasta que el cuerpo aguante o hasta que Dios me preste vida, porque esto del patinaje agresivo no a cualquiera se le da, porque si andas estresado te desestresa, si andas triste aquí te alegras, sirve como terapia”, detalló el patinador extremo.
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Con 49 años cumplidos, explicó Ramón Bravo que inició desde cero en este deporte, hace aproximadamente tres años y medio, en las únicas rampas de aquel entonces estaban en la deportiva Miguel Alemán Valdés.
UNA PÉRDIDA LO ARRASTRÓ AL ALCOHOLISMO
El patinador extremo platicó en entrevista para El Sol del Bajío cómo fue que comenzó en este deporte, y detalló que fue “después de la pérdida de un hijo, que me hizo entrar en depresión. Padecí alcoholismo, y el alcohol me ganó la carrera a partir de la pérdida de ese hijo”.
Recordó que se iba a la deportiva aun estado etílico y ahí buscaba quién le diera una moneda para seguir en el alcohol. Sin embargo, también fue ahí donde encontró el gusto por las patinetas y a un grupo de personas que lo ayudaron a salir de la tormenta por la que atravesaba.
Pero “no fue fácil aprender, porque me disloqué una rodilla a la semana, pero fue tanto que me gustó que yo creo que en unos meses fui aprendiendo, que ya sabemos lo básico. Pero no fue fácil, como cualquier deporte no es fácil. Pero con desempeño, perseverancia y consistencia se logró. Entre más tiempo le dediques a tus entrenamientos se te hace más fácil”, aseveró.
Añadió el patinador que a pesar de que se ve sencillo, no deja de ser un patinaje agresivo, puesto que diariamente se enfrentan a golpes y caídas, porque se intentan nuevos trucos.
“Yo he tenido convulsiones en Querétaro un día que fui a entrenar, me he desmayado. Pero mi lesión más grande fue en un skatepark que se le llamaban la bodega “PusBikePark”, me fisuré la clavícula, me quebré la costilla trasera debajo de la paleta, las costillas se me movieron un poco al esternón, pero aquí estamos listos las lesiones sanan”.
“El Diablito” compartió cómo es que cada día se levanta con ánimos de seguir entrenando y la motivación principal viene de los jóvenes, ya que al considerarse una persona de edad, siempre recibe buenos comentarios de ellos, de que lo admiran. “Otro de mis motivos es que mi hijo está desde el cielo viéndome y que le dará mucho gusto que esté así, contento, patinando con mi hija que también se dedica al patinaje agresivo y mi hijo que practica el BMX”, refirió el competidor nacional.
Con lo anterior destacó que la familia también se unió a esta actividad, como en el caso de sus dos hijos, en donde al ver un cambio radical en su padre, quisieron probar esta motivación. A la fecha entrenan juntos para los torneos nacionales.
COMPETIDOR NACIONAL
Con gran gusto relató Ramón Bravo la motivación que le generan las competencias en donde representa a Celaya, ya que después de empezar de cero, ya es un participante nacional.
“Para pasar a los nacionales, se ve que ya uno tiene las ganas de competir, porque empezamos en regionales, los estatales, pero luego de repente algunos que te van a ver y te dicen: vamos a Aguascalientes, Guadalajara, CDMX o Querétaro a los nacionales, el orgullo más grande que tengo es que siempre paso a las finales, todos son muy buenos, les digo porque ya tienen más tiempo patinando”, explicó el patinador nacional.
Destacó que este resultado ha generado controversia, debido a que a nivel nacional es el que tiene más edad y que compite en nacionales.
A pesar de que hay otros jóvenes que meten más trucos, sueña en ganar el primer lugar amateur para que después llegué hacer pro, es decir, aficionado.
“Ahorita estoy trabajando para la próxima competencia metiendo nuevos trucos, y ahora sí que lo que más me gusta es hacer trucos aéreos, pero también uno tiene que prepararse mental y físicamente”.