CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- La pirotecnia y la alfarería fueron de los oficios que caracterizaron al Barrio de San Miguel; hoy, a decir del párroco Alfredo Picón, se distingue por la voluntad que tienen los habitantes de participar y hacer participar a todos los celayenses en sus actos religiosos, además de ser uno de los barrios de la ciudad que ha impulsado la cultura entre sus niños y jóvenes.
El historiador Rafael Soldara, relató que la capilla del barrio se originó a mediados del siglo XVIII y desde su fundación estuvo dedicada al Arcángel Miguel, a quien se festeja cada 29 de septiembre con procesiones, danzas y música de viento; incluso una de las actividades que se mezcla con las fiestas patronales y se sigue llevando a cabo hasta nuestros días en el barrio es lanzar al aire globos de Cantoya para anunciar la proximidad de la fiesta.
LUGAR DE MACETEROS
Entre las actividades artesanales que se llevaban a cabo en el barrio de San Miguel, destacan las macetas de barro que se elaboraban en tornos de madera, los cuales giraban utilizando la fuerza de los pies de los artesanos de las calles Cristóbal Colón (actualmente desaparecida) y Francisco Javier Mina.
La alfarería también les permitía hacer faroles de barro; era común además la elaboración de pirotecnia con carrizo, cartón y pólvora que propició la creación de castillos, remates de castillos, ramilletes de cohetones, toritos, remolinos o tamborcitos con luces de bengala.
ARCÁNGEL MIGUEL, EL PROTECTOR
“San Miguel Arcángel, al ser protector y el que cuida la ciudad, ha sido un referente de cuidado al pueblo, y como parte de la milicia celestial ha sido buscado para proteger a Celaya en estas últimas fechas”, explicó el padre Alfredo.
Aseguró que, aunque la violencia ha permanecido en toda la ciudad, se busca que el barrio sea un oasis de paz y de fraternidad, se busca que sea un lugar que permanezca bajo la protección del Arcángel San Miguel.
Dijo que pareciera que todo el barrio tiene en su ADN ser personas activas y voluntariosas, ya que se conoce a San Miguel como el que lucha en favor del pueblo.
El amor a San Miguel Arcángel es lo que mueve a las familias para continuar con la tradición de la festividad que va de generación en generación, ya que ésta no se rompe, sino al contrario continúa, tal es el caso que las imágenes salen desde el mes de mayo por la devoción de las personas.
Por lo que en su celebración el día 29 de septiembre, además de salir San Miguel Arcángel a su recorrido, también San Gabriel Arcángel y el San Rafael Arcángel salen de visita a los hogares de todo el municipio.
BARRIO QUE PROMUEVE LA CULTURA
El padre Alfredo destacó que, actualmente, se trabaja porque sea un barrio de encuentro familiar y de cultura; ya que, con niños y jóvenes se están formando bandas de música, además de que se tienen previsto tener una orquesta comunitaria en donde se pretende formar y educar a los niños que son el futuro del municipio.
El Barrio cuenta con cuatro bandas de música con un total de más de 100 alumnos, éstas tienen coordinación con la escuela de música para ser académicos, sistemáticos y melodiosos con la finalidad de que los niños tengan una formación musical.
A pesar de que ya tienen siete años de ser formadas, fueron detenidas las clases de piano y guitarra clásica en esta pandemia, además de los 40 instrumentos musicales de la orquesta sinfónica.
LA MÚSICA, COMO FORMADORA
“Queremos tener maestros más profesionales para los niños, que ellos tomen la música como un arte o un oficio, que les ayude en la escuela y hacer mejores ciudadanos, que les ayude a tener mejor disciplina, por lo que estamos viviendo ahora: falta de valores”, dijo el Alfredo Picón.
Asimismo, planean tener artes y oficios con la finalidad de darle a los niños prioridad en cuanto algunos talleres.
Finalizó el párroco diciendo que hasta al momento han buscado mejoras en las atenciones que brinda el barrio ya que desde hace dos años cuentan con un comedor comunitario los días martes y sábado.
“Tenemos que renovarnos, tenemos que ver la forma de ayudar y no solamente en cuestión de la religiosidad sino también en efectivo, dar a las personas un poco de alimento”.