CELAYA, Gto.- Una de las expresiones culminantes de la caridad cristiana-católica “a donde converge todo el ejercicio que hacemos de nuestros compromisos de fe, es precisamente el amor y el servicio de la patria, que como el Catecismo enseña, forman parte del deber de gratitud y del orden de la caridad”, afirmó el padre José Natanael Torres García, quien destacó que el amor a Dios no va desvinculado del amor a la patria, “porque en ella se encuentran nuestras raíces, los principios y valores, que inspirados por el cristianismo, han dado identidad a nuestro ser, sostenimiento a nuestras culturas y sociedades, y han ido forjando, del mismo modo, a los fieles que conforman la iglesia mexicana”.
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Lo anterior lo mencionó en el marco de las conmemoraciones que se dan durante todo el mes, como la de este 28 de septiembre, día en que se recuerda la toma de la Alhóndiga de Granaditas, en la lucha por liberar al pueblo de la opresión española.
AMOR A LA PATRIA DESDE EL PUNTO DE VISTA DE LA IGLESIA
El sacerdote mencionó que amar a la patria significa estar agradecidos con la historia, la cual está llena de luces y sombras, pero de la cual se ha aprendido lo suficiente como para madurar y no cometer los mismos errores, también significa saber honrar a la autoridad civil y cooperar con ella por el bien común y, para aquellos que ostentan el poder político, implica respetar los derechos fundamentales de toda persona humana.
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Derivado a lo anterior, dijo que amar al país obliga a todo ciudadano a asumir la responsabilidad de hacer una justa crítica de lo que les parece perjudicial para la dignidad de las personas o el bien de la comunidad “y esto va dirigido en primer lugar para nosotros los católicos”.
“Quienes debemos ser los primeros en defender la dignidad de todo mexicano, sus garantías individuales y alzar la voz contra las injusticias que no sólo están impidiendo la implantación del reino de Dios en nuestro país, sino que además afectan el bienestar común y merman la paz y la justicia, que urgen para nuestras familias y sociedades”.
Por el contrario, aseguró que amar a la patria no significa solo defender a la nación de enemigos políticos, sino también de los ideológicos “que con sus pretensiones globalistas de querer implantar una contracultura que favorezca sus intereses, van destruyendo los cimientos de nuestra cultura profundamente cristiana y, por lo cual, ahora padecemos las graves consecuencias que se están derivando de esta nueva clase de colonización”.
IMPORTANCIA DE LOS VALORES CÍVICOS
Torres García comentó que los valores y principios son el alma de toda institución, sean de Iglesia o del estado, en el caso de la Iglesia, explicó, la vivencia de las virtudes tiene como objetivo la santidad, mientras que un ciudadano, en el ejercicio, respeto y promoción de los valores cívicos, logra para la comunidad un sano ejercicio de la democracia.
“En mi opinión, vivimos un estado paradójico donde se apuesta mucho por la democracia, pero poco por los valores que la hacen posible. Hay mucha preocupación por dar becas y pensiones, construir carreteras y poner trenes, pero nada se apuesta por la sana formación integral del ser humano”.
“Estamos invirtiendo los valores y relativizando los principios que han sostenido nuestra sociedad mexicana, hecho por el que la violencia va en escalada, los fanatismos ideológicos ocupan el lugar de la razón y una contracultura negacionista y permisiva está ganando terreno en las familias y comunidades, destruyéndolas poco a poco desde dentro. Si queremos rescatar al país de esta compleja red de peligros, debemos volver a nuestra esencia, a los valores de nuestro origen”.
QUE UN SACERDOTE HAYA SIDO EL INICIADOR DE LA INDEPENDENCIA ES UN DESAFÍO CONSTANTE
En la sociedad mexicana, refirió, aún se vive en una etapa de resentimiento cultural e histórico contra las instituciones que han conformado la identidad de la nación y destacó que la Iglesia en México tuvo un amplio protagonismo a lo largo de la historia a partir del Virreinato.
“Al contrario de lo que dicen algunos, la Iglesia también iba progresando en su pensamiento y sensibilidad tanto a la fe como a las realidades temporales y ha sido gracias al avance de la modernidad, la ciencia, la política, la filosofía y la teología, por las que hombres de fe se interrogaron profundamente en ideas como la dignidad humana, la libertad, los derechos, la subsidiariedad, la autonomía y el bien común”.
De entre ellos, dijo, no sólo está el cura Miguel Hidalgo, sino también muchos otros que, siendo creyentes e intelectuales, pusieron las bases, las líneas de acción y los esquemas programáticos de la nueva nación independiente que incluían dentro de las tres garantías, religión, independencia y unión, pues la primera fue un actor importante tanto en el inicio como en la consumación de la independencia.
“Por esta razón, para nosotros como Iglesia, significa un desafío constante el continuar con esta lucha que aún no termina, concientizando a la sociedad del daño que están haciendo a los individuos y a las familias tantos entes contraculturales, políticos e ideológicos, que pretenden establecer nuevos paradigmas que buscan relativizar, como ya he mencionado, los principios elementales que conforman nuestra identidad como mexicanos y nuestra dignidad como seres humanos. De ahí, que como nuestros obispos mexicanos han mencionado hace dos años que la consumación de la independencia es una tarea permanente para nuestro país”.
INVITA A CIUDADANOS A TENER MEMORIA AGRADECIDA
Por otra parte, el sacerdote invita a todo fiel cristiano y ciudadano de buena voluntad a tener una memoria agradecida con la historia y a no abandonar los valores y principios con los que han crecido y en los que los han educado sus padres y abuelos. Indicó que “somos un país rico en biodiversidad, culturas y pensamientos, pero también, rico en expresiones de fe y religión”.
“Creyentes o no creyentes, no podemos negar que es imposible desechar nuestra tradición y crear otra de un día para otro. La justicia y la paz sólo las lograremos estando unidos, en la defensa de nuestros valores y derechos más elementales y, ante todo, progresando en las bases que nos han heredado nuestros antepasados con tanta lucha y esfuerzo, dando su vida por un México independiente de cualquier opresor” concluyó el sacerdote.
