Don Alfredo regresa por sus perros a la zona de las vías

Pertenece a una de las familias desalojadas por Ferromex   

José Sánchez | El Sol del Bajío

  · viernes 2 de julio de 2021

Por la insistencia de su hijo Luis, de apenas seis años de edad, don Alfredo regresó por sus canes. | Foto: José González | El Sol del Bajío

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Don Alfredo Hernández regresó por sus seis perros que se habían quedado en la zona de las vías de donde fue desalojado el pasado miércoles, y con la ayuda de personas, los canes fueron anestesiados para ser trasladados a una granja en Juventino Rosas en donde serán adoptados.


La representante de Ferromex encaró a don Alfredo para reclamarle que dejaba a sus perros abandonados, y ordenó a los policías que retiraran al señor, porque ya no lo quería seguir viendo. | Foto: José González | El Sol del Bajío



Por la insistencia de su hijo Luis, de apenas seis años de edad, pero también porque formaron parte de su vida, don Alfredo buscó al hombre que cada dos días llevaba de comer a unos 30 perros de la zona en donde fue el desalojo, ubicado en la carretera alterna a Villagrán, entre las empresas Bachoco y la Harinera.


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Con la ayuda de un médico veterinario, los canes fueron anestesiados para subirlos en los asientos de una camioneta, con la cual fueron trasladados a una granja en el vecino municipio de Juventino Rosas, en donde los propietarios aceptaron adoptarlos para que no se quedaran a la intemperie y murieran en el abandono.

La familia Hernández, que todavía no cuenta con una casa para poder vivir, reconoció que no podía llevar a sus perros, y por tal motivo regresó por sus mascotas que su hijo Luis tanto quiere.

El señor Alfredo acudió desde las nueve de la mañana en los terrenos en donde nació y creció, y buscó rescatar también unos tinacos de agua, pero una mujer representante de Ferromex, así como su esposo, encargados del desalojo, se mostraron prepotentes y negaron el paso al dueño de los tinacos.

“Eso sí, verdad, insiste en llevarse los tinacos, pero deja abandonado a los perros, sus perros. Ya ven (se dirige hacia los perros asustadizos dentro de un tinaco), los abandona. Pero eso sí, le interesa más sus tinacos”, dijo la mujer molesta porque los policías le habían permitido a don Alfredo sacar uno de los seis tinacos.


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El señor Alfredo le aclaró que también venía por sus perros, y la señora representante de Ferromex ordenó a los policías: “saquen a este hombre de aquí. No lo quiero ver más. Sáquenlo”, pero el hombre esperó hasta que llegó la médico veterinario, y los elementos de la Dirección de Seguridad Ciudadano no sólo le permitieron cruzar las cintas amarillas puestas por Protección Civil, sino que también se colocaron guantes y ayudaron a subir a los perros, ya anestesiados.

Una de las perras, llamada Liebre, estuvo por más de media hora entre los escombros, a pesar de que la máquina retroexcavadora removía montañas de madera y muebles viejos; y el animal insistió en rascar un lugar específico, pero para entonces sus crías recién nacidas ya estaban sepultadas.

La perra regresó y tuvo todavía otros dos cachorros, a los que el dueño decidió ponerles por nombre Ferro, y Mex, pero ambos murieron poco después de haber nacido, pero aun así el médico veterinario se los llevó.

Cabe señalar que los cinco contenedores de agua propiedad de don Alfredo, tres fueron destruidos intencionalmente por la máquina, y los otros dos se los llevaron los trabajadores de Ferromex contratados para llevarse los escombros en una camioneta, pero a los tinacos les dieron un trato de mayor cuidado y un lugar en donde no se golpearan.