CELAYA, Gto.- Walter, un médico general de Celaya, enfrenta una batalla tanto personal como profesional desde su diagnóstico de VIH en 2021. A pesar de sus destacados logros académicos y su dedicación a la medicina, su camino se ha visto marcado por la discriminación y el trato inadecuado dentro de su propio ámbito profesional.
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Graduado con honores en Medicina por la Universidad de Celaya y con una beca del 80% gracias a su rendimiento académico, Walter inició su residencia en cirugía general en el ISSSTE de Celaya sin contratiempos. Sin embargo, el 23 de noviembre de 2021, su vida dio un giro inesperado cuando fue diagnosticado con VIH, una noticia devastadora que, a decir de él, "fue difícil de aceptar para mí y para quienes me rodean".
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Pese a no haber experimentado discriminación en su ciudad natal, Celaya, Walter se enfrentó a una situación adversa en diciembre de 2021, cuando no fue seleccionado para una residencia en neurocirugía en Toluca, una decepción que coincidió con su diagnóstico.
En enero de 2022, recibió una nueva oportunidad cuando el Dr. Miguel Ángel Ruiz, jefe de curso de neurocirugía en Toluca, le informó sobre la apertura de nuevas plazas. A pesar de ser aceptado, las dificultades no tardaron en manifestarse. El 22 de marzo de 2022, la Dra. Marlen Archundia Cavares, jefa de enseñanza, le informó que no podría continuar con su tratamiento en el hospital debido a su diagnóstico. A pesar de contar con un certificado de salud que indicaba que podía desempeñar sus funciones sin riesgo, Walter fue presionado para renunciar.
Esta situación tuvo un profundo impacto en su bienestar emocional, llevándolo a un intento de suicidio. "Me sentí completamente desamparado y sin salida", confesó Walter. La hermana de Walter hizo un video viral revelando su situación, lo que atrajo la atención pública. No obstante, a pesar de presentar una denuncia ante Derechos Humanos y la Fiscalía, no obtuvo respuesta en dos años. "La reputación del hospital en Toluca dificultó la investigación", explicó Walter.
Además, Walter denunció prácticas médicas inadecuadas en el hospital, afirmando que se administraba cloruro de potasio a pacientes críticos para provocar paros cardíacos y liberar espacio en neurocirugía. "Estas prácticas son inhumanas y reflejan una grave falta de ética en el sistema de salud", afirmó.
El caso de Walter pone en evidencia la urgente necesidad de abordar la discriminación y el trato inadecuado en el ámbito médico. Su historia destaca la importancia de garantizar que todos los profesionales de la salud reciban el apoyo necesario, independientemente de su estado de salud. "Mi situación revela cómo el sistema puede fallar a quienes más lo necesitan", concluyó Walter.
Es imperativo que las instituciones de salud adopten políticas inclusivas y de apoyo para todos sus empleados, asegurando un entorno de trabajo libre de discriminación y maltrato. Solo así se podrá avanzar hacia un sistema de salud más justo y equitativo.