CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Las familias que tienen a su cargo a una persona con discapacidad, ya sea congénita o adquirida, suelen sentirse abrumados, tristes, con impotencia o miedo ante la situación nueva que están viviendo, y es que nadie los preparó para saber cómo actuar, es por ello que, en el marco del ‘Día Internacional de las Personas con Discapacidad’, el psicólogo clínico, perito e integrante del Colegio de Psicólogos, Carlos Alberto Almaguer, recomienda buscar orientación, apoyo profesional e informarse para asimilar la nueva vida.
Explicó que tener, vivir y convivir con una persona con discapacidad congénita o adquirida es una situación que cambia la vida en todos los sentidos, sobre todo en el tema emocional, porque nadie está preparado para ello.
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“Ninguna familia está preparada para tener un bebé con discapacidad, ya sea física o intelectual, aunque tenga un estatus económico alto, porque requieren de muchos cuidados, tiempo y médicos. Menos aún están preparados de tener de un día para otro a su pareja, a uno de sus padres u otro familiar con discapacidad adquirida por un accidente o un asalto”.
“Esto trae consecuencias emocionales para los padres, esposos o hijos, porque suelen sentirse abrumados, tristes, con impotencia o miedo, tienen cuadros de ansiedad, todo esto porque no existe una escuela para que les digan cómo sobrellevar esta nueva situación”.
Indicó que la mayoría de los accidentes les ocurren a los hombres, ya que son quienes tienen trabajos con mayor riesgo, es por ello que muchas veces sienta frustración el que la padece, debido a que faltarán recursos económicos para el hogar, y, por ende, muchos comienzan a tener pensamientos suicidas, lo cual requiere una atención urgente.
“Como psicólogos recomendamos la unidad familiar, el amor, la comprensión, eso es el paso número uno, el paso número dos, es buscar orientación e informarse, y tres, si se requiere se debe acudir por apoyo profesional, en este caso de un psicólogo, para uno o todos los miembros, a fin de que puedan trabajar y asimilar la nueva vida y adaptarse a la nueva condición”.
“Está comprobado que una persona con discapacidad adquirida necesita más ayuda emocional que una persona que en su familia hay una discapacidad congénita, porque para el primero el trauma es muy grande, ya que jamás pensó que lo podía tener, mientras que para el primero, aunque también es difícil, lo trabaja desde el inicio de su vida”.
Agregó que existen asociaciones o grupos organizados públicos y privados para los familiares de personas con discapacidad, para compartir experiencias y conocimientos para sobrellevar las diferentes situaciones que se viven en torno a la discapacidad.