Dejó 2020 doloroso llamado, pero necesario: Padre Carlos Sandoval

Este 2021 es importante empezar con dos propósitos: no olvidar a los más necesitados y siempre ser agradecidos con las personas que más nos apoyan, destacó

Ana Medina | El Sol del Bajío

  · lunes 4 de enero de 2021

Este 2021 es importante empezar con dos propósitos: no olvidar a los más necesitados y siempre ser agradecidos con las personas que más nos apoyan, indicó Sandoval Rangel. | Foto: José González | El Sol del Bajío

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Este 2021 es importante empezar con dos propósitos: no olvidar a los más necesitados y siempre ser agradecidos con las personas que más nos apoyan, destacó el padre Carlos Sandoval Rangel, coordinador de Pastoral de Educación y Cultura de la Diócesis de Celaya, además de indicar que el 2020 fue un llamado doloroso pero necesario, para reconocer que se debe ser humilde y aceptar que todos se necesitan y sobre todo necesitan a Dios.

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“No olvidemos en ningún momento a los más necesitados, son muchos, pero ojalá que nosotros les ayudemos un poco para que su vida no sea tan dura. El otro propósito es que siempre seamos agradecidos con las personas que nos apoyan en las tareas más sencillas”.


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“Quienes nos abren la puerta, nos limpian los zapatos, nos apoya en la limpieza de la casa o en las áreas de trabajo, y tantas personas más, aquellas personas del campo que trabajan con mucha dureza con el peso del calor para que llegue el alimento a nuestra mesa”.

Indicó que empezar con estos dos propósitos sumarán muchísimo a mejorar el entorno, además de que dará la posibilidad de mantener vibrante y bien ubicado el corazón en la realidad que estamos viviendo, “desde ahí empecemos a construir una historia con mayor responsabilidad y amor”.

Recordó que el 2020 cerró con problemas de “salud sin precedentes, una inseguridad y violencia como pocos y una crisis económica sin control, todo además de los problemas en educación, cultura, política, desajustes familiares en materia religiosa, situaciones que ya tienen rato en declive”.


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Comentó que dentro de esos contratiempos el 2020 fue de grandes enseñanzas, ya que se pudo recordar que el ser humano es más frágil de lo imaginable, que no basta el dinero, ni los grandes descubrimientos, ni algún otro cálculo humano.

“La lección de 2020 es un llamado doloroso pero necesario, para reconocer que debemos ser humildes y aceptar que todos nos necesitamos, pobres y ricos, grandes y pequeños, hombres y mujeres creyentes y no creyentes, y sobre todas las cosas, necesitamos de Dios”.

Indicó que es importante abrirse a la oportunidad que brinda el año nuevo de la mano de Dios, ya que la providencia divina es muy grande, además de que, aunque parezca que se tiene un marco para enfrentar el 2021 marcado por la impotencia y la desesperanza, se debe trabajar todos los días para que no se vuelva a permitir el tejido social equivocado.

Dios dará la posibilidad de ir más allá de lo que nosotros por sí solos no podemos. María Santísima es la madre del amor, la mujer de la esperanza, por eso cuando las fatigas y confusiones nos generen incertidumbre no dudemos en invocarla”, concluyó.