SAN MIGUEL DE ALLENDE, Gto. (OEM-Informex).- Despiden al reverendo Padre, Guadalupe Espínola Arroyo de la Congregación del Oratorio a sus 86 años. Su misa de Exequias fue oficiada por el Obispo de la Diócesis de Celaya, Benjamín Castillo Plascencia.
De manera sorpresiva se informó que el 03 de agosto 2019, el sacerdote más longevo de San Miguel de Allende con 89 años de edad, había dejado este mundo.
La ciudadanía inmediatamente buscó informarse dónde se realizarían sus oficios funerarios, siendo su última morada, la que lo cobijó desde hace 66 años como sacerdote; El Templo del Oratorio de San Felipe Neri.
El R.P. J. Guadalupe Espínola Arroyo de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri con 306 años de antigüedad en San Miguel de Allende, nació el 12 de agosto de 1930, con un hambre de vocación sacerdotal desde que era niño.
Proveniente de una familia de ocho hermanos, era el mayor de la familia, nacido en la calle de Relox, zona centro. Su familia cuenta que desde pequeño jugaba a usar las osamentas de un sacerdote y con rodajas de papa simulaba era la hostia consagrada. “Desde chiquito tenía su sagrario, tenía una capillita que él hizo, ya desde chiquito (...) tenía todas sus cositas” contó su familia.
Papa Beto y Mamá Bety fueron los padres del reverendo, quien al nacer fue envuelto en el rebozo de su madre, sus padres dos jóvenes casados desde los 16 años, quienes cuentan que eran muy humildes.
De profesión Químico, con maestría y estudiante en Nayarit, logró ordenarse en Colombia- Bogotá, quien dicen “fue adelantado”, por qué desde los 12 años entró al seminario y tomó los hábitos a los 23 años de edad, Posteriormente volvió a San Miguel de Allende a hacer su cantamisa, actualmente cumplió 66 años de vida sacerdotal.
El reverendo padre Guadalupe Espínola Arroyo, fue fundador de la “Estudiantina Oratoriana” quien cumpliría 50 años de su fundación, el próximo 01 de enero 2020 y a decir de los miembros de la estudiantina, el padre Guadalupe Espínola Arroyo, los acompañaba siempre tocando su acordeón.
También fue capellán y fundador del cuerpo de bomberos de San Miguel de Allende y también era capellán de la Plaza de Toros de Oriente, encargado de bendecir la salida de cada torero o novillero. Por lo que el féretro lució con el casco de bomberos.
Siempre despuntó como prepósito en la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, de manera local y nacional.
Después de la misa de sus exequias que fue concelebrada a cargo de Monseñor Obispo de la Diócesis de Celaya, don José Benjamín Castillo Plascencia, el féretro fue llevado en cortejo fúnebre por las principales calles de la ciudad, con el cuerpo del reverendo padre Guadalupe Espínola Arroyo, sobre el camión de bomberos que su recibe el nombre de su fundador.
Sus restos fueron sepultados en el Panteón de Guadalupe, en la capilla de los sacerdotes del Templo del Oratorio, quienes dijeron, que no podían cremarlo, ante las leyes de los Oratorianos.