CELAYA, Gto.- (Informex).- Hoy se cumplen 45 años de la creación de la Diócesis de Celaya, con la toma de posesión su primer obispo Victorino Álvarez Tena, el 18 de abril de 1974, en cumplimiento a la bula “ScribaeilliEvangelico”, fechada en Roma el 13 de octubre de 1973, mediante la cual se erige y se nombra a su primer obispo.
Debido a que la fecha coincidió con la Semana Santa, el obispo Benjamín Castillo Plascencia y su presbiterio decidieron posponer la celebración para el 25 de abril, fecha en que se contará con la presencia del Nuncio Apostólico,monseñor Franco Coppola, representante del Papa en México, para presidir la Eucaristía en el sitio donde se construye la nueva catedral, comentó el padre Carlos Sandoval.
La diócesis de Celaya, desde su creación a la fecha, ha estado bajo el encargo pastoral de cuatro obispos: Victorino Álvarez Tena, Jesús Velázquez Garay, Lázaro Pérez Jiménez y Benjamín Castillo Plascencia.
Una historia que ha venido construyéndose a la par, es la del seminario diocesano, primero el menor y luego el mayor, que ha permitido formar a los nuevos sacerdotes para cubrir las necesidades de la diócesis.
Cada uno de los obispos, que han estado al frente de la diócesis, ha hecho su aportación a la construcción y organización de la diócesis y de su seminario menor y mayor, así como a la instalación de sus órganos de gobierno y de la su Plan de Pastoral.
Gran parte de la historia de la diócesis de Celaya ha sido narrada, desde sus inicios y antecedentes, por el padre Luis Muñoz Ledo Cabrera, quien se desempeñó por muchos años como Vicario General de la Diócesis. De sus escritos: “Apuntes para la historia de la Diócesis de Celaya, Celaya, Gto. Méx. 1999”, se tomó la información que aquí se transcriben.
Historia de la Diócesis de Celaya
La Diócesis de Celaya fue creada mediante la bula “ScribaeilliEvangelico”, fechada en Roma el 13 de octubre de 1973.
Su ejecución se verificó el 18 de abril de 1974, fecha de la toma de posesión del primer obispo Don Victorino Álvarez Tena, que había sido consagrado el 25 de julio de 1962 y había participado, como Padre Conciliar, en el Concilio Vaticano II.
La nueva sede eclesiástica, con 8. 768 kilómetros cuadrados de extensión territorial, se conformó a partir de territorios de la diócesis de León y de la arquidiócesis de Morelia.
Actualmente, según datos de la Santa Sede, con motivo de la nómina del cuarto Obispo, la Diócesis cuenta con una población 1.604.015 habitantes, de los cuales 1.463.583 son católicos, y dispone de 232 sacerdotes y 570 religiosos.
Desde el nacimiento de la Diócesis se organizaron las estructuras apropiadas como la Curia, el Consejo Presbiteral, el Colegio de Consultores o el Seminario Diocesano.
También se elaboraron los primeros trabajos de programación pastoral con los Criterios y Líneas Operativas (CLO).
Al momento de la erección de la diócesis de Celaya, existían 30 parroquias y 18 vicarias fijas.
En 1978 todas vicarias fueron elevadas al rango de parroquias y sus sacerdotes encargados fueron nombrados párrocos.
Este capítulo de fundación y primeros pasos, se vio frenado por el fallecimiento del primer obispo Don Victorino Álvarez Tena, acaecida el 4 de noviembre de 1987.
Una segunda etapa inicia el 24 de junio de 1988, con la toma de posesión de Don Jesús Humberto Garay, quién sería el segundo obispo.
Eventos como los XV años de la diócesis y sus bodas de plata sacerdotales constituyeron momentos importantes para retomar el esfuerzo de los años anteriores, asumiéndose el compromiso de iniciar la elaboración del Plan Orgánico de Pastoral, promulgado por decreto en 1991, bajo el lema: “Todos somos Iglesia.”
Durante los 15 años de servicio pastoral de Mons. Jesús Humberto Velázquez Garay, maduraron muchos frutos en la diócesis; en 1991 se inició la construcción del seminario mayor y de ese mismo año es el decreto con el que se regulan filosofía y teología en dicho centro.
Otro hito en la historia de nuestra diócesis es la fundación del Conservatorio de Música Sagrada el 22 de noviembre de 1991, bajo la dirección del sacerdote diocesano, Alejandro Montes Ávalos.
En esta misma etapa, el 7 de junio de 1993, la diócesis obtiene su registro como asociación religiosa, evento jurídico de cierta importancia en un país donde la legislación ha tenido un marcado tinte anticlerical.
El caminar en la fe de esta porción del pueblo de Dios ha fortalecido o renovado las estructuras existentes y ha creado nuevas instancias pastorales.
Para el año de 1999, la diócesis ya contaba con estructuras bien definidas, 145 sacerdotes diocesanos, que prestaban servicio pastoral en 63 parroquias, además de 43 capellanías, con sacerdote de planta.
En el año de 2003, la Iglesia Diocesana recibe la noticia con tristeza que Mons. Jesús Humberto había presentado su renuncia al gobierno pastoral por razones de salud y en su lugar asumía la responsabilidad Mons. Lázaro Pérez Jiménez, quien tomó posesión el 9 de septiembre del mismo año.
Sin embargo su llegada fue como un gran destello que ilumina el horizonte, pues, su muerte el 25 de octubre del 2009 ocasiona a la diócesis gran dolor y la deja nuevamente como Sede vacante, misma que viene a ocupar Mons. Benjamín Castillo Plascencia, quien el 29 de junio del 2010 se convierte, después de una efusiva bienvenida, en el cuarto obispo diocesano.
Antecedentes Históricos desde la Conquista
Diversidad de etnias habitaban el territorio que conforma la actual diócesis de Celaya: al norte los chichimecas, al sur los purépechas, al centro y oriente los otomíes.
Antes de la época colonial los linderos entre los imperios Mexica y Purépecha se extendían hasta el Bajío, con límites inciertos situación que predominaba cuando llegaron los conquistadores. (1)
En 1522, después de la conquista de Tenochtitlán, llegó a esta región Cristóbal de Olid, y poco tiempo después, en 1530, Nuño de Guzmán. Estos son los primeros conquistadores que vieron las tierras de Guanajuato.
No existe en la historia de estos lugares una división clara entre evangelizadores y fundadores de los primeros pueblos. Mons. Luis Cabrera Muñoz-Ledo, quien fuera Vicario General de nuestra diócesis varios años, afirma que los primeros trabajos de evangelización a cargo de los frailes franciscanos, se registraron en Apaseo y Chamacuero (hoy Comonfort), durante la década de 1530
Cristóbal de Olid
“En 1542 llega fray Juan de San Miguel a fundar San Miguel (hoy de Allende). El 1º de enero de 1571, se ejecutó el decreto de fundación de la Villa de Zalaya.”.
Dos años más tarde, los franciscanos llegan autorizados por el Virrey Martín Enríquez de Almanza para la construcción del convento y de un templo dedicado a Nuestra Señora de la Concepción.
La Parroquia de Celaya, hoy Iglesia Catedral, se erigió canónicamente en 1580, ocupándose de ella los religiosos franciscanos hasta 1767, fecha en que se entregó al clero secular.
La acción misionera se vio fortalecida con la llegada de distintas comunidades religiosas: “los religiosos carmelitas llegaron a Celaya en 1547, los agustinos en 1609, los juaninos en 1623, los mercedarios en 1742 y los padres del Oratorio de San Felipe Neri (…) en el año de 1753”.
Cabe señalar la particular acción y presencia de los padres jesuitas que se remonta a 1590 con el padre Gonzalo de Tapia, pacificador y evangelizador de las tribus chichimecas, que habitaban lo que hoy es San Luis de la Paz.
Padre Gonzalo de Tapia, S.J.
Sin embargo hasta 1719 no se registra la llegada de los padres Jesuitas a la ciudad de Celaya, donde destacarían en la enseñanza a la juventud.
Según el Padre Muñoz-Ledo, entre 1760 y 1766, “Celaya tenía en servicio activo 46 franciscanos para atender el Colegio de la Purísima Concepción, la Parroquia y la Escuela para niños.
De ellos seis religiosos predicaban en español y en otomí. La parroquia tenía siete asistencias o Vicarías: San Juan de la Vega, Neutla, San Miguel (Octopan), Santa Cruz (Juventino Rosas), San José de Amoles (Cortazar), San Bartolomé del Rincón (Tamayo) y San Antonio de la Huerta (actual parroquia de San Antonio de Celaya).”
Tal informe manifiesta un gran despliegue en la promoción no sólo de la fe cristiana, sino también de la cultura, cultivando ya desde aquellos años una zona fermento de vocaciones, como lo confirma la presencia en San Miguel el Grande (hoy San Miguel de Allende) de una Casa de Formación teológica sacerdotal y de noviciado.
Como hemos mencionando más arriba, de 1926 a 1929 la fe cristiana se vio perseguida. También el territorio que hoy forma la diócesis de Celaya está sembrado con sangre de testigos que proclamaron su fidelidad a Cristo y alcanzaron el martirio. Entre ellos destaca el Beato J. Trinidad Rangel Montaño, que nació en la comunidad del Durazno (Dolores Hidalgo) y fue ordenado sacerdote diocesano en 1919.
El 25 de abril de 1927 murió mártir y fue beatificado el 20 de noviembre del 2005 junto a otros 13 mártires de la Guerra cristera.
Otro testimonio impresionante de fe es el Beato Fray Elías del Socorro Nieves Castillo, de la orden de San Agustín, quien fue vicario fijo de Cañada de Caracheo y murió mártir, junto con los hermanos Sierra, el 10 de Marzo de 1928: Casi 70 años después, el 12 de octubre de 1997, fue beatificado por Juan Pablo II.