LEÓN, Gto. (OEM-Informex).- En una hacienda de más de 300 años, en 1942 se comenzó a implementar un modelo diferente de atención a la salud mental, el de Granja de recuperación. Luego de la adaptación, el hospital Psiquiátrico de León fue inaugurado el 25 de septiembre de 1945, pero por una tradición, el aniversario se celebra el 10 de octubre.
Ubicado en la comunidad San Pedro del Monte del municipio de León, el ahora llamado Instituto de Salud Pública del Estado de Guanajuato o Centro de Atención Integral de la salud mental ha evolucionado tanto en atención como en infraestructura. Hoy los pacientes no pueden estar internados más de 14 días, por disposición de la Comisión de los Derechos Humanos y para garantizar que el paciente continúe con su tratamiento, es que la directora del nosocomio, Ana Bertha Meza Pérez presentará en los próximos días un proyecto denominado Hospital de Día que consiste en garantizar que el paciente se tome sus medicamentos durante tres y hasta seis meses, que viva con su familia pero que acuda todos los días al sanatorio, lo que aseguraría que tendrá además sus terapias ocupacionales.
Otro proyecto que quedó en espera, es el de Investigación Genética del Mexicano, en este caso, del guanajuatense, con fines de detección de trastornos y en colaboración con la Universidad de Harvard. Además de Guanajuato, están considerados Campeche, Querétaro y el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón De la Fuente.
⬇️Da clic aquí⬇️
El aniversario 75 años del Psiquiátrico de León se conmemorará como ha sido en los recientes, con la jornada académica de actualización, que en esta ocasión, debido a la pandemia será en línea. Si bien la fecha es 25 de septiembre y generalmente se realiza el 3 de octubre, en esta ocasión será el 9 de octubre, por la cercanía con el 10, que se conmemora el Día Mundial de la Salud Mundial.
“La mejor forma de celebrar que estamos con vida es con el estudio, con conocimiento, con nuevas estrategias de tratamiento”, afirma la doctora Meza.
Los 75 años del Hospital Psiquiátrico se celebrarán este viernes con la jornada académica denominada Innovación y Estrategias ante la pandemia de Covid-19 y el impacto en la Salud Mental.
UN POCO DE HISTORIA
La hacienda de San Pedro del Monte que hoy es el Centro Integral de Atención a las Enfermedades Mentales tiene una superficie de 92 hectáreas en las cuales conviven la modernidad, el pasado y mucho, mucho campo.
La hacienda con 300 años de antigüedad conserva muchos elementos originales y restaurados, por ejemplo las ventanas de las oficinas de la dirección, las fuentes, los graneros y la capilla, adaptados como almacén y autor, respectivamente.
⬇️Da clic aquí⬇️
Sus amplios jardines con cabañitas de ladrillo son utilizados por los pacientes funcionales al recibir a su familiar.
En abril de 1942, después de pasar por varios dueños, la propiedad quedó en manos de la beneficencia pública y ante la sobrepoblación del manicomio La Castañeda, en la ciudad de México se visualizó el modelo de Granja de Atención para enfermos mentales.
El de León fue en 1945 el primer hospital en la república mexicana con esta manera de atención. De La Castañeda llegaron unos 400 pacientes funcionales que realizaban terapia ocupacional en los campos de la hacienda. Había ganado, sembradíos y pozos, lo que los convertía en autosuficientes.
De hecho, testimonios de la época relatan que había pacientes que salían del lugar para trabajar en la ciudad y regresaban por la noche al sanatorio; lo que se conoce como Hospital de puertas abiertas.
CORTA ESTANCIA
En 75 años, la medicina y la atención han evolucionado. En la actualidad el modelo es de hospitalización de corta estancia, debido a políticas públicas y por recomendación de Derechos Humanos que establece que un paciente no puede estar recluido toda su vida en una institución y menos si tiene familia.
La larga estancia, menciona la doctora Meza Pérez, ya no es factible. “Ya no cabe eso de te dejo a mi familiar porque aquí lo atienden muy bien”. Y explica que los pacientes “son doblemente vulnerables: son portadores de un trastorno mental y cargan con un estigma; se les asocia con pacientes agresivos, que les van a hacer daño o que se nos va a pegar la enfermedad mental”.
Con el modelo de corta estancia, el paciente sólo está hospitalizado alrededor de 14 días. Mientras esto ocurre, personal médico y de trabajo social trabaja con la familia para informarle el diagnóstico, el tratamiento y “qué pasa si no continuamos con el tratamiento”.
La rutina en pacientes funcionales es levantarse a las 7 de la mañana, bañarse, tomar medicamentos, alimentarse, tomar las terapias ocupacionales, o la que requiera, acudir a consulta si está programado. A las 9 de la noche, todos deben estar ya dormidos, comenta la doctora.
Hay dos pabellones, uno de mujeres y otro de hombres; cada uno tiene una televisión que pueden ver hasta que hayan terminado con sus terapias. “Por el tipo de pacientes que tenemos, a veces le avientan al televisor un vaso con agua y nos quedamos sin tele un rato”, comenta la doctora en forma chusca.
Las terapias ocupacionales son dibujar, bordar, hacer manualidades o hacer piñatas u otros objetos para después pintarlos.
LOS QUE SE QUEDARON A VIVIR
Sin embargo, hay 18 pacientes que ingresaron antes de los 90 cuando cambiaron las políticas públicas y que por carecer de familia viven en el Hospital. Sus edades van de los 50 a los 90 años. “Cuando llegaron acá venían sin identidad, se registraban con el nombre que ellos nos daban.. yo soy Fernando N.. yo soy Santiago N”, recuerda la doctora.
“Son los abuelos; ellos viven aquí y están cuidados y vigilados por un médico general, un médico geriatra, un internista, un psiquiatra, un psicogeriatra, un nutriólogo, fisioterapeutas, de terapia especializada, de terapia ocupacional… de todo un equipo interdisciplinario”.
ENFERMEDAD DEL CEREBRO
El cerebro se enferma igual que otros órganos; no es una situación de exorcismo, de brujería u otra serie de cosas que se asociaban antes con el pensamiento mágico. Es una disfuncionalidad de los circuitos cerebrales y de los neurotransmisores, señala la directora Ana Bertha Meza.
Explica que si disminuye la producción de la serotonina, “seguramente voy a vivir de manera gris; si la serotonina sigue bajando y aumenta la hormona del estrés de la vida diaria se traduce en que tendré menos habilidades para enfrentarlo”.
Con menos serotonina y más estrés los circuitos se dañan, la persona deja de dormir y el problema se croquiza, se croniquizan los síntomas, se vuelven graves y de una depresión leve pasa a una moderada hasta presentar síntomas psicóticos que ameritan tratamiento psiquiátrico de mayor estabilización”.
Los síntomas psicóticos pueden poner en peligro la vida del paciente y la de los demás. Y este es el criterio para hospitalizar a un paciente, expresa la doctora. Aunque cabe aclarar que en el Hospital Psiquiátrico no hay un registro de personas ingresadas por intentar suicidio, pues ese dato lo tiene otra instancia, la que auxilió a la persona; en el hospital la valoración que se hace es sobre el trastorno y no por la acción.
DE EXCELENCIA
El Centro de Atención Integral a la Salud mental es un hospital escuela. Recientemente se profesionalizaron las terapeutas especializadas, En él se forman médicos en la especialidad de psiquiatría, cuya residencia está avalada por la Universidad de Guanajuato. La residencia de la especialidad de enfermería en salud mental está avalada por la UNAM y es sede nacional. Cuenta con pasantes en psicología, nutrición y odontología.
La plantilla es de 310 empleados de base y otros tantos por honorarios y pasantías. El 1 de octubre volvieron 58 trabajadores considerados vulnerables que estuvieron resguardados en sus casas debido a la pandemia. Ana Bertha Meza Pérez, su directora lleva seis años en el cargo; es egresada de la Universidad de Guanajuato y psiquiátrica especializada en niños y adolescentes.
Hasta el miércoles por la mañana, estaban internados 66 pacientes; la capacidad de atención del Hospital es para 104 pacientes.
Además de los pabellones de hospitalización cuenta con el área de Consulta Externa, de Urgencias, en la que no se rechaza a nadie, de Covid-19, albergue para quienes acuden a consulta y les cayó la noche, tengan donde dormir y de Paidos; es decir, atención a niños y adolescentes. En la zona de Covid-19 ya solo está aislada una persona, que el sábado seguramente regresa a su pabellón y los diez restantes que tuvieron la enfermedad están libres del coronavirus, afirmó la directora.
HACIA EL FUTURO
La psiquiatría, explica Meza Pérez, va hacia otras formas de atención o de prevención. Los parámetros federales señalan que la atención mental inicia en la etapa perinatal, luego con el apego de la señora embarazada.
“Si no hay un apego seguro, seguramente el niño será temeroso y podría desarrollar un trastorno en los primeros años de vida. La Paidopsiquiatría estudia situaciones desde el embarazo, pasando por el nacimiento, la primera relación en el primer año de vida; los primeros cinco años y sigue la línea de desarrollo de patologías en edad escolar y en adolescentes; el seguimiento debe continuar en la edad y en adultos mayores”, finalizó.