CORTAZAR, Gto. (OEM-Informex).- Luego de 16 años, los talleres de corsetería, dedicados a la elaboración de ropa interior femenina, se han consolidado en comunidades del sur de Cortazar, actualmente dependen de ellos unas 150 familias, sin embargo, ya es visible que los géneros chinos, importados, comienzan a verse incluso en los locales junto a las creaciones propias.
Fue en el año 2003, cuando las políticas estatales y federales giraban en torno a la instalación de maquiladoras y talleres como principal opción de empleo para la zona rural, que iniciaron los primeros talleres de elaboración de ropa interior femenina -la corsetería- a nivel familiar.
Los poblados de San Agustín, Cañada de Caracheo, Caracheo y Ranchito de los León dieron una fuerte acogida a estas opciones, inclusive se creó una asociación que posteriormente desapareció, informó Enrique Martínez Cardeña, director de Desarrollo Económico del municipio.
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En el último censo realizado por esta dirección, que coincidentemente también se creó ese año durante la administración del alcalde Carlos Romero Villegas y su primer titular, Lidia Lara, entregó los primeros cuatro apoyos consistentes en pequeñas máquinas, siguen trabajando 16 talleres, algunos dan empleo a tres o cuatro personas cada uno y en otros la cantidad es de 10 ó 15 personas.
Esto tiende a incrementarse en determinadas temporadas, por ejemplo, antes del inicio de clases y a fin de año.
Esto es adicional a personas que trabajan por su cuenta y les hacen maquilas en algunas especialidades, como el fijar etiquetas.
El estimado es que estos talleres les dan empleo fijo a unas 150 personas y -de acuerdo a la temporada- pueden emplearse hasta 70 personas más, adicional a las que laboran por su cuenta, y que también se dedican a la corsetería.
Actualmente se trata de hacer un vínculo de estos pequeños talleres con la Asociación de Industriales Textiles de México, a fin de apoyarlos con nueva tecnología.
HAY RECELO
El Sol del Bajío acudió a la comunidad de Cañada de Caracheo, donde existen varios talleres o fábricas de tipo familiar, a fin de conocer impresiones de sus propietarios y la forma como trabajan, no hubo acceso, invariablemente las respuestas fueron en el sentido de que no estaban los encargados o dueños.
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Sin embargo, en los locales donde se comercializan las prendas, cuya calidad no le pide nada a las marcas más famosas, empleadas comentaron que los talleres del poblado normalmente venden sus productos en las principales plazas de Guanajuato, como León, Irapuato o Celaya, y que para otras entidades se envían por paquetería a los clientes o vienen los compradores a Cortazar para llevarse existencias.
Algo que sí fue muy palpable es que en los locales, frente a las confecciones locales, de las que muchas ya tienen una marca propia, ya hay gran cantidad de productos importados de China, aparentemente más baratos.