/ martes 17 de septiembre de 2024

Conoce la historia detrás de la presa Solís de Acámbaro [Fotos]

Miles de personas fueron beneficiadas con su construcción a costa de una antigua civilización

ACÁMBARO, Gto.- La presa Solís que se encuentra construida sobre el cauce del río Lerma, es el cuerpo de agua más importante del Estado de Guanajuato por el gran beneficio que da a más de 24 mil familias productoras agrícolas de Acámbaro, Salvatierra, Jaral del Progreso, Cortazar, Villagrán, Irapuato, Salamanca, Abasolo y Pénjamo.

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Actualmente, este cuerpo de agua se encuentra al 96 por ciento de su capacidad, de acuerdo al boletín hidroclimático del 10 de septiembre de 2024, esto permitirá que los productores agrícolas tengan asegurado el ciclo de cultivo primavera-verano.

El investigador acambarense, Leonardo Arturo Amezcua Ornelas, quien desde hace 15 años se ha dedicado a realizar trabajos de investigación en torno a la historia de la región sureste del estado de Guanajuato, vinculada a la antigua cultura Chupícuaro, los monumentos y trazas que datan del siglo 16, nos habla un poco sobre la historia de este importante cuerpo de agua.


Se enterró una gran cultura madre con la construcción de la presa. | Foto: Jorge Carmona / El Sol del Bajío


Amezcua Ornelas refirió que la presa Solís tiene orígenes bastantes remotos, en el sentido que el río Lerma es una fuente que proviene de las montañas del Estado de México, del deshielo del nevado de Toluca llegando hasta el valle medio, “este río, desde tiempos mesoamericanos y de mucho tiempo atrás inundaba estos valles cuando era tiempo de lluvias, entonces esta región donde se encuentra Acámbaro era un lugar de pantanales donde habitaban diferentes animales, es por eso que aquí se desarrollaron culturas como la cultura madre Chupícuaro porque se podía desarrollar la caza y pesca, un factor decisivo para que se instalarán los pueblos mesoamericanos”.


Varios pueblos desaparecieron en 1949. | Foto: Jorge Carmona / El Sol del Bajío



Dijo que “cuando llegan los españoles a estas tierras del centro de México se hizo un primer cuerpo de agua situado en la parte posterior del cerro del Chivo, una presa conocida como la laguna de Gavilleros, con esta presa se logró controlar el agua cuando había crecientes, obviamente también se utilizaba para regar los campos, pero ciertamente era una obra hidráulica pequeña que no lograba controlar grandes crecientes”.



Agregó que “en el año de 1896 hubo una gran inundación en Acámbaro que devastó parte del centro de aquella ciudad a finales del siglo 19, para el año de 1927 se volvió a repetir una gran inundación que devastó gran parte de Acámbaro, en ese año fue cuando las autoridades municipales, estatales y federales tomaron cartas en el asunto para poder controlar las aguas del río Lerma porque eran bastantes destructivas en temporada de lluvias, a partir de esa época se comenzaron a realizar una serie de estudios de la zona para ver dónde se podría hacer una presa más grande que la que existía de Gavilleros, así fue como a partir de los años 30 se observó que cinco kilómetros arriba de la ciudad de Acámbaro era el lugar ideal para hacer una gran cortina para crear esta gran presa”.



Indicó que “fue un periodo largo donde se estuvieron haciendo estudios y posteriormente, en la década de los cuarentas es cuando se inicia la construcción de una gran presa que al día de hoy se conoce como la presa Solís, esto ayudó a controlar el agua del río Lerma ciertamente, gracias a estas acciones Acámbaro ya no se volvió a destruir por las inundaciones; esta presa fue inaugurada por el presidente Miguel Alemán en el mes de mayo de 1949, pero ciertamente al hacer este gran bordo quedaron sepultados muchísimos pueblos por el agua, entre ellos el antiguo Chupícuaro y otras comunidades donde había grandes haciendas como la de San Miguel, Encarnación, Santa Inés, entonces realmente fueron miles de personas que se vieron afectadas de sus tierras, de sus casas, etcétera siendo desplazados en la rivera del nuevo cuerpo de agua”.



Resaltó que esta presa, que fue inaugurada en el año de 1949 trajo muchísimos beneficios a toda esta región “con esta agua se riegan campos de cultivo de primera calidad, desde Acámbaro hasta llegar a los municipios de Salamanca e Irapuato, son miles de hectáreas de tierras que se benefician”.



Señaló que “cuando se estaba construyendo esta presa se supo que existía en la zona del vaso de la presa un saqueo, un tráfico ilegal de piezas arqueológicas en la década de 1940, este reporte se pasó al Instituto Nacional de Antropología e Historia, el INA mandó una delegación para corroborar el saqueo; gracias a ese trabajo que se hizo en ese tiempo por el arqueólogo Rubín de la Borbolla se pudo ver que estas piezas eran de una cerámica única, excepcional jamás encontrada en otro lugar de Mesoamérica, realizando los estudios y su datación se pudo observar que eran piezas muy antiguas, propiamente del año 600 antes de Cristo, de tal suerte que como no se tenía referencia de la existencia de esa cultura madre se le bautizó meramente para darle una referencia como cultura Chupícuaro porque los lugares de los hallazgos estaban adosados al antiguo pueblo de Chupícuaro que quedó sepultado por las aguas de la presa, de tal suerte que se hizo una investigación a todo este sitio arqueológico, se hicieron muchas excavaciones, se sacaron planos del antiguo sitio arqueológico, después se inundaron estas tierras quedando abajo del agua muchos vestigios arqueológicos en el año de 1949, una tragedia de dimensiones incalculables para muchísimas personas, así como ha beneficiado a miles de personas, afectó a miles de personas la construcción de esta presa”.

Comentó que hasta el día de hoy existen comunidades como Nuevo Chupícuaro en donde la población carece de escrituras, “las casas que se les dieron por parte de gobierno en el año de 1949 todavía no tienen escrituras, un problema muy añejo que tiene repercusiones hasta el día de hoy”.

Por otro lado, el historiador considera que este cuerpo de agua está muy desaprovechado desde el punto de vista turístico, ya que “únicamente se usa para regar las tierras de cultivo, siendo la presa más grande en el estado de Guanajuato está totalmente desaprovechada, no se está aprovechando el turismo”.

Finalmente, señaló que se debe recuperar la memoria de aquella cultura que existió en este valle y lograr que este lugar sea turístico, además de cambiar su nombre a Presa de la Cultura Chupícuaro o Presa Cultura Chupícuaro para darle el lugar que merece.

ACÁMBARO, Gto.- La presa Solís que se encuentra construida sobre el cauce del río Lerma, es el cuerpo de agua más importante del Estado de Guanajuato por el gran beneficio que da a más de 24 mil familias productoras agrícolas de Acámbaro, Salvatierra, Jaral del Progreso, Cortazar, Villagrán, Irapuato, Salamanca, Abasolo y Pénjamo.

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Actualmente, este cuerpo de agua se encuentra al 96 por ciento de su capacidad, de acuerdo al boletín hidroclimático del 10 de septiembre de 2024, esto permitirá que los productores agrícolas tengan asegurado el ciclo de cultivo primavera-verano.

El investigador acambarense, Leonardo Arturo Amezcua Ornelas, quien desde hace 15 años se ha dedicado a realizar trabajos de investigación en torno a la historia de la región sureste del estado de Guanajuato, vinculada a la antigua cultura Chupícuaro, los monumentos y trazas que datan del siglo 16, nos habla un poco sobre la historia de este importante cuerpo de agua.


Se enterró una gran cultura madre con la construcción de la presa. | Foto: Jorge Carmona / El Sol del Bajío


Amezcua Ornelas refirió que la presa Solís tiene orígenes bastantes remotos, en el sentido que el río Lerma es una fuente que proviene de las montañas del Estado de México, del deshielo del nevado de Toluca llegando hasta el valle medio, “este río, desde tiempos mesoamericanos y de mucho tiempo atrás inundaba estos valles cuando era tiempo de lluvias, entonces esta región donde se encuentra Acámbaro era un lugar de pantanales donde habitaban diferentes animales, es por eso que aquí se desarrollaron culturas como la cultura madre Chupícuaro porque se podía desarrollar la caza y pesca, un factor decisivo para que se instalarán los pueblos mesoamericanos”.


Varios pueblos desaparecieron en 1949. | Foto: Jorge Carmona / El Sol del Bajío



Dijo que “cuando llegan los españoles a estas tierras del centro de México se hizo un primer cuerpo de agua situado en la parte posterior del cerro del Chivo, una presa conocida como la laguna de Gavilleros, con esta presa se logró controlar el agua cuando había crecientes, obviamente también se utilizaba para regar los campos, pero ciertamente era una obra hidráulica pequeña que no lograba controlar grandes crecientes”.



Agregó que “en el año de 1896 hubo una gran inundación en Acámbaro que devastó parte del centro de aquella ciudad a finales del siglo 19, para el año de 1927 se volvió a repetir una gran inundación que devastó gran parte de Acámbaro, en ese año fue cuando las autoridades municipales, estatales y federales tomaron cartas en el asunto para poder controlar las aguas del río Lerma porque eran bastantes destructivas en temporada de lluvias, a partir de esa época se comenzaron a realizar una serie de estudios de la zona para ver dónde se podría hacer una presa más grande que la que existía de Gavilleros, así fue como a partir de los años 30 se observó que cinco kilómetros arriba de la ciudad de Acámbaro era el lugar ideal para hacer una gran cortina para crear esta gran presa”.



Indicó que “fue un periodo largo donde se estuvieron haciendo estudios y posteriormente, en la década de los cuarentas es cuando se inicia la construcción de una gran presa que al día de hoy se conoce como la presa Solís, esto ayudó a controlar el agua del río Lerma ciertamente, gracias a estas acciones Acámbaro ya no se volvió a destruir por las inundaciones; esta presa fue inaugurada por el presidente Miguel Alemán en el mes de mayo de 1949, pero ciertamente al hacer este gran bordo quedaron sepultados muchísimos pueblos por el agua, entre ellos el antiguo Chupícuaro y otras comunidades donde había grandes haciendas como la de San Miguel, Encarnación, Santa Inés, entonces realmente fueron miles de personas que se vieron afectadas de sus tierras, de sus casas, etcétera siendo desplazados en la rivera del nuevo cuerpo de agua”.



Resaltó que esta presa, que fue inaugurada en el año de 1949 trajo muchísimos beneficios a toda esta región “con esta agua se riegan campos de cultivo de primera calidad, desde Acámbaro hasta llegar a los municipios de Salamanca e Irapuato, son miles de hectáreas de tierras que se benefician”.



Señaló que “cuando se estaba construyendo esta presa se supo que existía en la zona del vaso de la presa un saqueo, un tráfico ilegal de piezas arqueológicas en la década de 1940, este reporte se pasó al Instituto Nacional de Antropología e Historia, el INA mandó una delegación para corroborar el saqueo; gracias a ese trabajo que se hizo en ese tiempo por el arqueólogo Rubín de la Borbolla se pudo ver que estas piezas eran de una cerámica única, excepcional jamás encontrada en otro lugar de Mesoamérica, realizando los estudios y su datación se pudo observar que eran piezas muy antiguas, propiamente del año 600 antes de Cristo, de tal suerte que como no se tenía referencia de la existencia de esa cultura madre se le bautizó meramente para darle una referencia como cultura Chupícuaro porque los lugares de los hallazgos estaban adosados al antiguo pueblo de Chupícuaro que quedó sepultado por las aguas de la presa, de tal suerte que se hizo una investigación a todo este sitio arqueológico, se hicieron muchas excavaciones, se sacaron planos del antiguo sitio arqueológico, después se inundaron estas tierras quedando abajo del agua muchos vestigios arqueológicos en el año de 1949, una tragedia de dimensiones incalculables para muchísimas personas, así como ha beneficiado a miles de personas, afectó a miles de personas la construcción de esta presa”.

Comentó que hasta el día de hoy existen comunidades como Nuevo Chupícuaro en donde la población carece de escrituras, “las casas que se les dieron por parte de gobierno en el año de 1949 todavía no tienen escrituras, un problema muy añejo que tiene repercusiones hasta el día de hoy”.

Por otro lado, el historiador considera que este cuerpo de agua está muy desaprovechado desde el punto de vista turístico, ya que “únicamente se usa para regar las tierras de cultivo, siendo la presa más grande en el estado de Guanajuato está totalmente desaprovechada, no se está aprovechando el turismo”.

Finalmente, señaló que se debe recuperar la memoria de aquella cultura que existió en este valle y lograr que este lugar sea turístico, además de cambiar su nombre a Presa de la Cultura Chupícuaro o Presa Cultura Chupícuaro para darle el lugar que merece.

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