CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Hoy 27 de enero se conmemora el “Día Internacional de Conmemoración del Holocausto”, fecha emblemática para recordar a las víctimas del nazismo, entre las que se incluyen a los Testigos de Jehová, antes llamados Estudiantes de la Biblia, y es que, de acuerdo con la información proporcionada por el Vocero de dicha Iglesia, Óscar Vargas, de los aproximadamente 35 mil que se encontraban en la Europa ocupada por los nazis, cerca de cuatro mil 200 fueron enviados a campos de concentración, mil 600 murieron, 370 por ejecución.
Menciona que el “terror asesino nazi fue dirigido contra millones de personas por cuestiones raciales, nacionales o políticas, sin embargo, hay un hecho poco conocido, entre las víctimas del nazismo estuvieron miles de testigos de Jehová, que sufrieron por su fe cristiana”.
De acuerdo con Robert Gerwarth, menciona, los en ese entonces llamados Estudiantes de la Biblia, fueron el único grupo en el Tercer Reich que fue perseguido únicamente por sus creencias religiosas, por lo que, de los aproximadamente 35 mil fieles, más de un tercio sufrió persecución directa.
“La mayoría fueron arrestados y encarcelados, cientos de sus hijos fueron llevados a hogares o reformatorios nazis. Unos cuatro mil 200 Testigos fueron enviados a campos de concentración. Se calcula que murieron mil 600 Testigos, de los cuales 370 fueron por ejecución”.
“La destacada autoridad Detlef Garbe escribió: La intención expresa de los gobernantes nazis era eliminar por completo a los Estudiantes de la Biblia de la historia de Alemania, porque el régimen los calificó como enemigos del estado, según la historiadora Christine King, debido a su negativa pública a aceptar el más mínimo elemento del nacional-socialismo que no encajara con su fe y creencias”.
Comenta que por motivos religiosos, los Testigos adoptaron una postura políticamente neutral, se negaron a hacer el saludo “Heil Hitler”, a participar en actos racistas y violentos o a unirse al ejército alemán. Además, dijo, la historiadora King afirmó que “en su literatura denunciaron públicamente la maldad del régimen, incluido lo que les estaba pasando a los judíos”.
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Debido a esto, estuvieron entre los primeros enviados a campos de concentración y se les asignó una identificación exclusiva llamada: El triángulo púrpura. Además, los nazis trataron de quebrantar sus convicciones religiosas ofreciéndoles la libertad a cambio de una promesa de obediencia.
A que renunciaran a su fe, que denunciaran a otros testigos a la policía, a que se sometieran al gobierno nazi y defendiera a la patria con arma en mano. “Los funcionarios de las prisiones y los campos a menudo usaban la tortura y las privaciones para inducir a los Testigos a firmar. Según Garbe, un número extremadamente bajo se retractó de su fe”.
También se recuerda que de acuerdo con Geneviève de Gaulle, sobrina del general Charles de Gaulle y miembro de la Resistencia francesa, lo que más admiraba de las prisioneras Testigos del campo de concentración de Ravensbrück era que podían haber salido en cualquier momento con tan solo firmar un documento de renuncia a su fe.
“A la larga, estas mujeres, en apariencia tan débiles y extenuadas, resultaron ser más fuertes que las SS, que tenían poder y todos los medios a su disposición. Ellas tenían una gran resistencia, una fuerza de voluntad que nadie pudo vencer”.
Finalmente, menciona que “el fracaso de la coerción nazi en el caso de los testigos de Jehová contrasta con la conformidad social generalizada con los objetivos nazis antes y durante el Holocausto. La resistencia pacífica de personas comunes en contra del racismo, el nacionalismo extremo y la violencia merece una reflexión profunda en este Día Internacional de Conmemoración del Holocausto”.