Acámbaro, Gto.- Desde hace 45 años aproximadamente, Mariana Tinajero comenzó a elaborar dulces tradicionales para endulzar los paladares de los acambarenses y desea continuar haciéndolo por muchos años más.
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Desde que tenía tan solo 5 años ya comenzaba a ayudarle a su mamá, Guadalupe Tinajero, con pequeñas acciones para elaborar los tradicionales dulces como calabaza, chilacayote, camote, garapiñados y ates, entre otros.
Mariana Tinajero refirió que este oficio lo ha heredado de su familia, prácticamente de su abuelo, Refugio Tinajero, quien enseñó a sus hijos a realizar los dulces tradicionales y, sucesivamente, sus nietos le han dado continuidad.
Dijo que “es un dulce legado, de hecho, este es el slogan de nuestro negocio. Todos estos dulces se realizan con recetas tradicionales, recetas que se siguen haciendo al pie de la letra como lo hacía nuestro abuelo Refugio, como lo aprendió mi mamá y como nosotros lo hemos aprendido también”.
Agregó que “los dulces tradicionales siempre se han comercializado en el centro histórico de la ciudad y en algunas ferias, ya que formamos parte del gremio artesanal, donde se agrupan tanto manualidades como los artesanos de la cerámica La Soledad, manualidades en repujado, tejidos y souvenirs. Hay una gran variedad de giros donde estamos involucrados todos los artesanos, somos más de 40 en el municipio además de los panaderos”.
Indicó que “durante los próximos meses se tendrá una gran afluencia de visitantes del extranjero, quienes vienen a comprar el pan del municipio, pero también los dulces tradicionales, que les despiertan los recuerdos de cuando eran niños y que estos dulces eran los que más consumían”.
Señaló que “pese a los años de experiencia que tenemos como comerciantes, nos seguimos capacitando con los cursos que nos ofrece el gobierno del estado sobre aspectos de comercialización, atención al cliente, liderazgo, empaque del producto, presentación y marca; ahorita nosotros estamos como Dulces del Refugio, pero también se llamará nuestra marca Abu Lupita, con nuestro slogan ‘Un dulce legado’”.
Informó que es muy laborioso realizar los dulces tradicionales, donde para hacer un caso de cuarenta kilos de fruta se emplea entre 4 y 5 días a la semana por el proceso correspondiente, donde se busca mantener a la fruta en el mejor estado, evitando que se eche a perder.
En la Dulcería del Refugio, que se encuentra en la calle Abasolo, frente al Museo Local, la gente puede encontrar ates en diferentes presentaciones, rompopes, dulces de leche, charamuscas, higos, cajetas, obleas con cajeta, cocadas, licores, mechudas, chongos, entre otros.