CELAYA, Gto.- Para recordar y honrar a todas aquellas mujeres que en vida les dieron su amor incondicional, este 10 de mayo que se celebra el Día de las Madres, cientos de familias se dieron cita en los panteones municipales Norte y Sur de Celaya, para llevarles flores, música de banda o mariachi y oración por su eterno descanso.
➡️ Suscríbete a nuestra edición digital
Durante un recorrido llevado a cabo por El Sol del Bajío, se pudo constatar que en el Panteón Sur se colocaron cerca de 20 puestos de alimentos, aguas frescas y, sobre todo, de flores, las cuales tenían un costo entre los 70 pesos, en el caso de los ramos pequeños, hasta los 250 pesos las cajas de arreglos florales con estrellas.
Al entrar al panteón, la gente era recibida por personas que se ofrecían a llevarles cubetas de agua para lavar las tumbas o nichos. De fondo se podía escuchar la música que tocaban las bandas de viento o el mariachi frente a las tumbas de las mamás. En algunos casos las familias cantaban a todo pulmón, en otras lloraban, se mantenían en silencio o platicando entre ellos.
Te puede interesar: Familias de Acámbaro recuerdan a sus madres que ya fallecieron
Durante la mañana y la tarde, la afluencia de gente en este día, a comparación de otros años, se mantuvo normal, es decir, no aumentó, ni disminuyó de manera considerada, por lo que, las tumbas y nichos de las mamás se podían observar limpias, con flores, globos o arreglos.
Caso contrario sucedió en el Panteón Norte y, es que, se pudo constatar que a la entrada solo se colocaron cinco comerciantes, cuatro de flores y una de alimentos y bebidas. Los precios de las flores variaban de entre los 50 pesos y 200 pesos, dependiendo de lo que se les pidiera.
Al entrar al área antigua del panteón, se observó a solo tres familias en toda la zona. La mayoría de las tumbas estaban descuidadas, con polvo, rotas y despedían mal olor. Al llegar al área nueva, la afluencia era un poco mayor, sin embargo, era menor que la registrada en el Panteón Sur.
Alrededor de siete familias se pudieron observar en la zona, unas sacando agua de la fuente para lavar las tumbas de sus mamás y otros platicando o comiendo con sus seres queridos recordando las vivencias que tuvieron con ellas, sin embargo, no había presencia de bandas de viento, ni mariachis.