CELAYA, Gto.- Con la limpieza del cuerpo-relicario y con una ponencia a cargo del maestro Hugo Tovar sobre la historia, devoción y su arribo a la ciudad, es como se celebró el 152 aniversario de la llegada de la reliquia del Santo Mártir San Plácido a la ciudad de Celaya. Actualmente, es venerado en el Templo del Carmen por los fieles católicos.
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La festividad de San Plácido comenzó con la limpieza del cuerpo relicario, el cual alberga un fragmento de hueso del santo en piernas, brazos y cráneos, por lo que, es considerada como una reliquia de primera clase. Después, se llevó a cabo una plática en el Salón Rojo del Templo del Carmen, ante la presencia de 25 personas aproximadamente.
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Posteriormente, se llevó a cabo la sagrada eucaristía a cargo de los frailes de la Orden de Carmelitas Descalzos (O.C.D.) a las 19:00 horas y se realizó la repartición de los algodones, sin embargo, al estar en contacto con dicha reliquia, se convirtieron en una, pero de tercer grado.
Por otra parte, de acuerdo con Hugo Tovar, esta reliquia procede del cementerio Ponciano de Roma y se había dado para su veneración al Procurador de los Carmelitas de la Congregación de España, Fray Alejandro de la Concepción en 1759.
De acuerdo con el Libro de la Fundación, el padre Fray Pablo de San Juan de la Cruz, escribió que Fray Cayetano de la Purísima Concepción Bustos, agenció traer los santos restos al templo. Al principio, el cuerpo permaneció en la casa de la familia Carrés en la ciudad de México.
A finales de junio de 1871, Margarito N., Ceferino N., Tomás Arreguín y Antonio Jiménez llegaron a Celaya con la reliquia a las 18:00 horas, mientras las campanas de los templos anunciaban el acontecimiento. Desde entonces el cuerpo-reliquia es venerado en la Capilla del Juicio que se encuentra en el templo del Carmen, por parte de la comunidad católica.
Es importante mencionar que el padre de San Plácido fue Tértulo, un senador romano que a los 7 años se lo entregó a San Benito de Nursia para que lo instruyera. Se educó en el monasterio de Subíaco y tiempo después acompañó a San Benito a fundar el monasterio de Monte Casino.
San Benito lo delega para fundar monasterio en Sicilia y logra convertir a 30 varones de la isla. El pirata Manuca desembarca en la Isla y asalta el monasterio, obligándonos a adorar a sus dioses, al negarse Plácido y sus compañeros son pasados por la espada. Al embarcarse los barcos del pirata Manuca son alcanzados por una tormenta y toda su tripulación muere. El cuerpo del santo fue llevado al Cementerio Ponciano de Roma, donde siglos más tarde fue exhumado y, luego de sortearse, fue traído a Celaya.