CELAYA,Gto.- (OEM-Informex).- Con la participación de cientos de fieles católicos y con una misa concelebrada, se celebró a San Agustín de Hipona en el templo dedicado en su honor y, durante la homilía, el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, exhortó a los asistentes a dejar a un lado la soberbia y abrazar la humildad, ya que la primera hace que la persona piense que es más que Dios y se forja su propio criterio en el que considera que tiene el derecho a decidir a quién destruir, extorsionar e incluso asesinar.
Mencionó que cuando una persona es soberbia cambia para mal con Dios, el prójimo y la naturaleza. En el primero “yo le digo a Dios qué hacer, decido si creer o no en él, puedo decir que Dios no creó al hombre, sino que el hombre creo a Dios”.
“Cuando soy soberbio, con el prójimo tengo mi propio concepto y puedo decidir si te puedo destruir, te puedo matar, sobornar, extorsionar o hacer pedazos, es decir, una persona soberbia en el fondo cree que puede pisotear la dignidad del hermano”.
“Con la naturaleza a un soberbio solo le importa su ganancia, su riqueza, no le interesa que se acaben los bosques, el agua, que se contamine el aire. En este caso no necesariamente debe ser un empresario, puede ser la señora de la tienda que tira la basura en la calle o el niño que destruye las flores, todo esto es soberbia”.
Explicó que ser humilde no significa ser pobre, andar harapiento y sin estudios, más bien es reconocer que se es vulnerable, imperfecto y pedir perdón a Dios por las faltas, “es reconocerse como creatura del Señor, hermano ante el prójimo y ante la naturaleza no ser depredador sino amarla”.
Finalmente, indicó que es necesario que cada persona se analice interiormente y evite creerse el más importante, por tal motivo, exhortó a practicar la humildad que tanto predicaba San Agustín y a ser sencillos y serviciales.