Celebran a la santa muerte

La también conocida como “Niña Blanca”, es relacionada en algunas ocasiones como un ente que protege a quien sufre a causa de la violencia e incluso es considerada la protectora de los delincuentes

Ana Medina | El Sol del Bajío

  · jueves 3 de noviembre de 2022

“Di no a la santa muerte, di sí a una muerte santa”, padre Natanael Torres. | Foto: Cortesía | Padre Natanael Torres

CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- Este 2 de noviembre muchas personas, entre las que se incluyen fieles católicos, celebraron a la Santa Muerte, devoción que ha ido en aumento en los últimos años. La también conocida como “Niña Blanca”, es relacionada en algunas ocasiones como un ente que protege a quien sufre a causa de la violencia e incluso es considerada la protectora de los delincuentes y de los integrantes del crimen organizado, pero ¿Qué dice la Iglesia Católica al respecto?

El padre José Natanael Torres García, explicó que los cristianos católicos, no veneran a la Santa Muerte, sino que desean una muerte santa, ya que de acuerdo con el Catecismo de la Iglesia Católica “la muerte es el final de la vida terrena”.


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Menciona que la enseñanza de la Iglesia indica que “la muerte es el fin de la peregrinación terrena del hombre, del tiempo de gracia y de misericordia que Dios le ofrece para realizar su vida terrena según el designio divino y para decidir su último destino. Cuando ha tenido fin el único curso de nuestra vida terrena, ya no volveremos a otras vidas terrenas. Está establecido que los hombres mueran una sola vez, no hay reencarnación después de la muerte”.

LA MUERTE NO ES UNA ENTIDAD, NI SE VENERA

En últimas fechas se ha observado que la devoción a esta figura ha crecido de manera considerable en diferentes sectores de la población e independientemente de si son personas que se dedican al bien o a actos ilícitos. En cualquier caso, la gente compra la imagen, le reza, clama por ayuda y protección.


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En este sentido, el padre puntualizó que la muerte no es una entidad personificada y celestial que haga favores, ni una protectora de la vida, ya que ella “es el perjuicio más grande de la misma, es la consecuencia final del pecado y del mal en el mundo, es el mal de males, la peor consecuencia de nuestra fragilidad corrompida, es el cese de la vida, del tiempo de buscar a Dios y de determinarse por su salvación. Es el momento de dar cuentas a Dios de nuestros actos y de la decisión que hemos tomado, de salvación o condenación”.


Fotos: José Luis Cervantes | El Sol de Irapuato

Al explicar esto, el sacerdote exhortó, de manera especial a los fieles católicos a no consagrar a sus hijos a “Satanás colgándoles medallas de la muerte, porque estás condenando a tu familia a la perdición. Llévalos a misa, a recibir Sacramentos, enséñales a orar y a leer la Palabra de Dios. Prepáralos y tú con ellos, para este encuentro definitivo con el Señor”.

También refirió que la muerte no debe venerarse, en forma personificada, debido a que no sólo va contra la fe, “sino contra todos nuestros anhelos más profundos en la vida. "La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra muerte a través de los sacramentos, la reconciliación y la eucaristía”.

LO QUE SÍ ES LA MUERTE

Mencionó que la muerte, desde la resurrección de Cristo, “es el tránsito bendito a la vida eterna hacia el encuentro definitivo con el Salvador. Es un hecho que nos lleva a considerar cómo estamos viviendo la vida, si de veras amamos a Dios y queremos alcanzar su misericordia, y reflexionar si nuestra forma de vivir corresponde a nuestras convicciones”.

Agregó que la muerte es el fin de la carrera, y por lo tanto, de la búsqueda de Dios a través de la Iglesia, los Sacramentos, la oración y la caridad. “Di no a la santa muerte, di sí a una muerte santa”, concluyó el sacerdote.