CELAYA, Gto.- Doce sacerdotes y más de un centenar de fieles laicos se dieron cita en Sagrario Catedral para participar en una misa de acción de gracias por el 50 Aniversario de Ordenación Sacerdotal de Monseñor Benjamín Castillo Plascencia, Obispo Emérito de la Diócesis de Celaya, quien expresó su alegría por haber servido como obispo durante 11 años en la comunidad.
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Monseñor Castillo Plascencia compartió que durante 11 años “aquí me tocó vivir como obispo. Ahora con mucho gusto vengo a celebrar con ustedes, a participar mi alegría por esos 50 años sacerdotales y a pedir que Dios me siga bendiciendo con mi pueblo, mi comunidad”.
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Comentó que actualmente se encuentra en el municipio de Tala, Jalisco donde celebra la misa en una capilla que pertenece a la parroquia de Huaxtla, Jalisco, lugar donde dijo, se siente muy bendecido por Dios.
A todos los que participaron en la Sagrada Eucaristía, les agradeció por acompañarlo “en esta celebración de acción de gracias”. Al concluir, los invitados se reunieron en la Casa Pastoral, donde se realizó un convivio, se compartieron momentos de fraternidad y se agradeció por la vida.
¿QUIÉN ES EL OBISPO EMÉRITO?
Monseñor Benjamín Castillo Plascencia nació el 9 de septiembre de 1945 en Ixtlahuacán del Río, Jalisco. Ingresó al Seminario Diocesano de Guadalajara en junio de 1959. Fue ordenado diácono el 14 de abril de 1973. Cuatro días antes de la erección canónica de la Diócesis de Celaya, es decir, el 14 de abril de 1974 fue ordenado sacerdote por el Cardenal José Salazar López.
El 8 de febrero de 2003, el Papa Juan Pablo II lo designó XII Obispo de la Diócesis de Tabasco, por lo que, el 8 de abril tomó posesión canónica. El 29 de abril de 2010 el Papa Benedicto XVI lo designó como Obispo de la Diócesis de Celaya y tomó posesión el 23 de junio de 2010.
En septiembre de 2020, al llegar a los 75 años, renunció a su cargo. Su renuncia fue aceptada por el Papa Francisco el 12 de junio de 2021, quien nombró a Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma como su sucesor.
LABOR PASTORAL
Durante los 11 años que estuvo al frente de la diócesis, se caracterizó por trabajar con entrega y fidelidad, por ser humilde, cercano a los feligreses, por estar presente en todas las parroquias. Creó 12 parroquias y dos cuasiparroquias, promovió la construcción de la casa sacerdotal y las farmacias del Sagrario.
Fue promotor e iniciador de la construcción de la Nueva Catedral, ordenó a 53 sacerdotes diocesanos y 5 religiosos, hizo acompañamiento a la vida consagrada, impulsó el proyecto de los seminaristas en familia y la formación catequética escolarizada, desde los niños hasta los adultos.