CELAYA, Gto.- La Catedral fue sede de la celebración de la misa de Navidad, concelebrada y presidida por Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, Obispo de la Diócesis de Celaya y en la cual se dieron cita cientos de fieles. Durante su mensaje, el prelado aprovechó para pedir una tregua a todas las personas que se dedican a hacer el mal para que, por lo menos, en esta fecha y en año nuevo se viva un ambiente de paz y familiar.

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El obispo deseo a todas las familias que en Cristo Jesús encuentren la paz, el amor y la hermandad. Pidió a todos los que se dedican al mal “una tregua, que nos dejen vivir en paz esta navidad, que no haya situaciones de violencia y delincuencia, que podamos disfrutar en familia. Acudan a misa a dar gracias a Dios en año nuevo. Invitarlos a todos para que vivan en paz”.

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Destacó que la Navidad anuncia a Jesús, aunque pequeñito, que ha venido a traer una vida en paz, una vida nueva en Dios y para Dios, sin embargo, “desgraciadamente hoy en nuestro tiempo se ha vaciado del contenido de Cristo, se ha puesto elementos etéreos acomodaticios de mercadotecnia y de regalos y a todo eso le llaman espíritu navideño, es decir, un lugar para regalar, para cenar, convivir, pero sin Jesús. La Navidad significa nacimiento y ese nacimiento es el de Jesús que vino enviado por el padre a darnos la salvación”.

“La navidad no necesita el elemento externo, el contenido de la navidad es Jesús que nace en el corazón, es la presencia de Cristo, cuando dices feliz navidad, significa feliz nacimiento de Cristo en tu vida. Las expresiones de esa alegría pueden ser el arbolito de navidad, nacimiento, flores, una cena, cualquier cena, no la mercadotecnia”. Mencionó que lo fundamental es que se reciba a Jesús en el corazón, se den un abrazo de paz y acepten a Cristo en su corazón.

Por otra parte, comentó que la fecha exacta del nacimiento de Cristo no se tiene con exactitud, ya que antes no existía el registro civil como ahora, por tal motivo, es que se tiene un aproximado. Las fechas, dijo, se trataron de precisar de acuerdo con el emperador o el acontecimiento que se vivió en el momento en que sucedieron las cosas, por lo tanto, es que se presume que Cristo murió a los 36 años y no a los 33 años, pero para evitar un desajuste en los datos históricos es que no se pueden mover.

También platicó que la vida de Jesús se metió dentro de un año litúrgico, es decir, en un año se deben celebrar los acontecimientos más relevantes de su vida, por tal motivo, el 25 de marzo se tiene la anunciación y nueve meses después se celebra su nacimiento durante la Navidad. Otras celebraciones que se tienen son la pascua, la última cena, su pasión y muerte, su resurrección, su trasfiguración, el Corpus Christi y más.

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