CELAYA, Gto.- Nuestro más reciente celayense que inspira es el Dr. Edgar Arturo Chávez Urbiola, ingeniero mecánico en diseño, egresado del TecNM generación 2002-2006, con maestría en ciencias con una estancia en Riverside, California y doctorado en ciencias de los materiales semiconductores y cerámicos en Cinvestav Querétaro.
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Se trata de un creador de máquinas y soluciones con el diseño de los materiales, afirma que se trata de integrar soluciones más que de hacer cosas nuevas, “conocer, interpretar y utilizar las leyes materiales para la solución de problemas generando valor, si lo que haces no lo compartes, no tiene sentido es perder el tiempo”.
El doctor comparte que hay 7 tipos de inteligencia y la mayoría somos muy tontos para dos o tres, entonces recomienda explotar aquello para lo cual uno es bueno, “yo ni siquiera pensaba en estudiar, tenía un taller mecánico automotriz, me iba bien e incluso pensaba en casarme, pero un día mi abuelo, el doctor Roberto Urbiola Gutiérrez, quien fue director del IMSS, me dijo: ¿no preferirías construir algo en lugar de resolver las descomposturas de los demás?”.
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Y por eso, entró al tecno a estudiar ingeniería mecánica, “obviamente la sufrí, nada es fácil, en esa generación entramos 54 y sólo nos graduamos 7”, pero confirma, que es una garantía de hacer cosas trascendentales, después ya con la carrera, consiguió un buen trabajo, pero se aburrió de lo mismo, así que entró a la maestría, “mi maestría en mecánica fue todo un viaje, porque de nuevo había llegado a un momento de confort, es como cuando sientes una comezón y tienes la oportunidad de rascarte y además lograr un postgrado”.
Recuerda que durante la maestría estuvo en California donde trabajó con melanoma, con lacro cirugía en operaciones de cáncer de próstata, usando la foto acústica para resolver un problema de salud con tan alta incidencia en varones y después vino el doctorado en ciencias de los materiales, cuando terminó le llamaron de Conacyt, lo comisionaron a la Universidad Autónoma de Hidalgo y llegó la pandemia, “como no se cerraron las instalaciones debían idear algo para la protección de las personas”.
Fue entonces cuando tuvieron la necesidad de desarrollar una solución para proteger a sus familias y a la comunidad universitaria del virus del COVID, debían encontrar un material de fácil acceso, económico y eficiente, y de la mano de su colega Javier Castro Rosas, quien tiene 20 años estudiando a profundidad los beneficios de la jamaica, crearon cubre bocas a base de hoja de jamaica.
“La jamaica tiene un compuesto que se llama ácido hibiscus, es bactericida, es hidrofílico e hidrofóbico, es decir, la superficie repele y el interior absorbe, entonces los empezamos a fabricar, con una impresora 3D logramos cumplir con la norma oficial mexicana y un empresario se involucró, hicimos los cubre bocas con papel impregnado del extracto de la jamaica”, recuerda.
Según lo que explica el investigador celayense, con estos cubre bocas lograron una eficiencia del 94% en filtración de partículas sólidas de covid, además del efecto bactericida que protegía al portador y fueron fabricados 100 por ciento con tecnología mexicana.
De acuerdo a su experiencia, dice que la jamaica tiene muchos compuestos benéficos para la salud, incluso recomendó un remedio para crear un desinfectante natural con base de jamaica, el cual le comparto a continuación.
En un litro de agua se deben dejar reposar 100 gramos de jamaica por 20 minutos y después cocerlo por 15 minutos, a 100 mililitros de ese concentrado, agregarle un par de gotas de cloro, un puño de jabón roma y una cucharada de vinagre y colocarlo en un envase con spray, sirve como desinfectante para las manos y superficies, mata la bacteria de covid y no reseca las manos.
Dijo, además, que la salmonella es una bacteria que se logra eliminar del cuerpo con el consumo de la jamaica, en broma mencionó que por esa razón en las taquerías casi siempre existe la opción de agua de jamaica, la cual es buena para matar esa bacteria que daña directamente el tubo intestinal.
Desde enero del 2024 labora en el CICATA, donde el lema es “la ciencia al servicio de la patria”, está en el estado de Querétaro, una institución con más de 40 investigadores que están contratados para la solución de problemas de la industria y la sociedad, además de que ofrece postgrados en tecnología avanzada.
Una de las últimas investigaciones que realizan es el desarrollo de un sistema para detectar contaminación por micro plásticos en el aire, en el medio ambiente y los efectos que esto puede llegar a tener en el ser humano, nos dijo que en promedio cada persona inhala el equivalente en plásticos a una tarjeta de crédito por año, casi 70 mil micro plásticos, “eso si no estás trabajando en una industria vinculada a este sector, como llanteras, recicladoras y más”.
“Los micro plásticos son omnipresentes, una bolsa de plástico se degrada, pero se vuelve polvo plástico y ahí es cuando ya no contamina sólo la superficie de su tamaño, sino que vuela y la contaminación se esparce por kilómetros, por eso países desarrollados ya no usan bolsas, lamentablemente en México todavía las usamos pensando que por ser biodegradables no dañan, pero no es así”, enfatizó.
Finalmente, adelantó que ahora están ocupados en desarrollar las maquinas que puedan medir y detectar partículas micro plásticas, porque los plásticos no se van a dejar de utilizar, ya que son materiales muy buenos, son económicos, resistentes, durables y ya no es posible prescindir de ellos, pues ninguna economía soportaría un golpe de ese tamaño, “por eso será mejor buscar soluciones para proteger a las personas de respirar plásticos”, concluyó.