CELAYA, Gto.- Alimentos no perecederos, medicamentos y material para limpieza de heridas, son los principales artículos que la Casa del Migrante “El Buen Samaritano”, solicita a la población para atender a los migrantes que llegan pidiendo resguardo previo a continuar su camino a Estados Unidos. Con su ayuda, comentó el padre Arturo Valle Hernández, coordinador de Dimensión de Migrantes y presidente del Centro Humanitario Caminemos Juntos A.C., “se unen a nuestra misión de amor y solidaridad”.
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El sacerdote precisó que en estos momentos lo que están necesitando con más urgencia son los medicamentos y el material de limpieza de heridas, como lo son el paracetamol, paracetamol en gotas para niños, vendas, gasas, guantes estériles, agua oxigenada, cinta micropore, pomada barmicil, lavaojos, algodón, antigripales, antivirales, antiinflamatorios, aspirinas, jarabe para la tos, antiácidos, antibióticos, alcohol, pomada para quemaduras, vaselina y tempra.
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Además “alimentos no perecederos para que puedan comer en la casa y para que se la puedan llevar para continuar su viaje. También necesitamos apoyo económico, porque aparte de que tenemos que pagar los servicios de luz, agua y todo lo que necesitan, hay que pagarles a las cuatro personas que colaboran con nosotros”.
También pidió a los ciudadanos que cuando vean a un migrante o a una familia de migrantes los canalicen a la casa de El Buen Samaritano, ya que se han percatado de que los ven en la calle, pero nadie los manda a recibir la ayuda a adecuada.
“Nosotros podemos recibir en un día a 40 personas para que estén muy bien, pero ha habido casos extremos en que hemos recibido a 300 migrantes. Hoy (ayer) nos canalizaron a ocho migrantes y hace rato llevé a dos. Quiero destacar que nosotros manejamos una frase que dice: No se puede llegar al cielo con los zapatos limpios y queremos que todos la hagan suya”.
“Para quienes vean a los migrantes en las calles les pedimos que los manden a la casa que se encuentra en la colonia Santa Teresita, conocida como el guajolote, en la calle Tórtola número 107, ahí en la fachada dice Casa del Migrante El Buen Samaritano. Nosotros los recibimos con todo gusto, de preferencia de 8:00 a 21:00 horas, pero si llega alguien después de esa hora puede avisarme para contactarnos con la casa y sean recibidos”.
Por otra parte, mencionó que por el momento no están pidiendo ropa, ni zapatos porque ya están saturados, además de que les llega mucha que no les sirve, es decir, “nos llevan tacones que no sirven para caminar, nos llevan vestidos de noche o muy chiquitos y tampoco sirven, nos mandan ropa llena de pelos de perros, de gato, rotos o manchados cuando les pedimos que estén en buen estado, limpias y de preferencia que sea de mezclilla”.
“Ahorita no pedimos nada de ropa, pero sí creo importante que nos demos cuenta de que a veces no somos muy conscientes de lo que hacemos. El día que nos pongamos en el lugar de los migrantes, es cuando nos daremos cuenta de que sí tienen necesidad y de que no deben ser tratados de esa manera. Tenemos que descubrir en ellos el rostro humano”.
“La casa está abierta y funciona a base de caridad, al migrante que llega se le da, si llegan al templo los mandamos en taxi a la casa, quien pueda ayudar con toda generosidad que sepa que su ayuda va a ser canalizada para estas personas y que tratamos de darle un buen uso”.
Para concluir, mencionó que hace días estuvieron en Guanajuato, capital, donde había otras tres casas del migrante, sin embargo, “curiosamente son de los hermanos Evangélicos. Platicando con ellos, coincidimos en que no tenemos diferencias al momento de apoyar al prójimo, porque al final esto es de Dios. Sabemos que son seres humanos que necesitan la ayuda e independientemente de nuestro credo, es importante que veamos en los migrantes a seres humanos”.