IRAPUATO, Gto. (OEM-Informex). Andrea y Gustavo, una pareja de esposos que tuvo que suspender la fiesta de su boda por la contigencia de coronavirus, decidió que en vez de cancelar el pedido de comida que habían realizado para su celebración, ésta la regalarían a familiares de pacientes que esperan afuera del Hospital General de Irapuato.
Pasado el mediodía del domingo, afuera del Hospital General de Irapuato comenzaron a congregarse varias personas; unos cargaban una mesa, otros cargaban un pastel, unos más un vitrolero de agua de jamaica, mientras que otros traían cajas y bolsas con comida; se trataba de todo el banquete que Gustavo Fuentes y Andrea Negrete habían contratado para su boda, el cual decidieron compartirlo y empezar así su matrimonio, dando algo a su prójimo.
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Gustavo y Andrea, originarios de la comunidad de Lo de Juárez, llegaron al Hospital General vestidos de novios, él con su traje en color azul, camisa negra y corbata roja, mientras que ella con su vestido de novia blanco y una corona que lució junto con su peinado de salón que también decidió aprovechar.
Los dos habían planeado que su boda fuera un día inolvidable y así sucedió, pues no pocas personas fueron las que decidieron inmortalizar el suceso y compartieron en redes sociales fotos y videos del suceso.
Carnitas, pastel y agua de jamaica fue parte del menú que los esposos regalaron a las personas afuera del Hospital General de Irapuato.
Isra Olmos, chofer de un taxi ejecutivo, fue el encargado de trasladar a la pareja luego de que regalaran su banquete afuera el Hospital General y relató en su cuenta de Facebook la experiencia que fue transportar tanto a Gustavo y a Andrea.
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“Les cuento que los chicos que ven en el asiento de atrás son grandes personas y de un enorme corazón. Al cancelarse la celebración de su boda al verse afectados por los daños colaterales de la pandemia, tomaron la decisión de celebrar en el hospital general de Irapuato y compartir su banquete con algunos enfermos y familias que los cuidan, esto como un acto de caridad y agradecimiento a Dios, nótese que no soy religioso, pero se aplauden las grandes acciones”.
Con esto, Gustavo y Andrea cumplieron su sueño, que el día de su boda fuera inolvidable y gracias a su bondad, así lo pudieron lograr.