CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- La mancha urbana consumió poco a poco el Barrio de Tierra Blanca; y las avenidas, puentes, negocios y el centro comercial lo redujo a pocas calles, a muchos recuerdos y a un templo amurallado y escondido al fondo de una angosta calle sin pavimento, como escondiéndose de tantos infortunios que ha tenido a lo largo de más de cien años de fe.
PRIMER INFORTUNIO
Entre el 2003 y 2004 se construyó la Mega Comercial, hoy Soriana, y desde un principio representantes se empeñaron con determinación en derrumbar el antiguo templo y un mezquite de más de un siglo, a fin de contar con una mejor vista del lado oriente, hacia la avenida Lázaro Cárdenas, puesto que la plaza ya tenía una panorámica de lado norte, por Constituyentes; y al poniente, hacia el Camino a Jofre.
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A cambio de tumbar la reliquia hecha de piedra, los empresarios que venían de la Ciudad de México prometieron construir un templo en lo que actualmente es la parada de micros, frente a Constituyentes.
Por varios meses los vecinos y el sacerdote se opusieron a fuerza de fe y oración. En represalia a no poder vencer la voluntad de los feligreses, los representantes de la empresa levantaron un alto muro y desde entonces marginaron al templo, el mezquite y el pequeño patio que tiene su única salida a una angosta calle que desemboca en la transitada y ruidosa avenida Lázaro Cárdenas.
SEGUNDO INFORTUNIO
Entre el 2005 y 2006 se construye el Distribuidor Constituyentes y Lázaro Cárdenas, y lo que parecía ser una promesa de desarrollo para todos, se convirtió en la gruesa línea de pavimento que dividió el barrio de Tierra Blanca y en consecuencia a los vecinos.
“El barrio inicia, por el lado sur, en lo que llaman el Limoncito, antes un camino privado, pero actualmente ya es una calle. Antes, el barrio era del Limoncito hasta la primera calle de Allende, pero desde que hicieron el puente, la gente ya se siente del centro. Y del otro lado de la avenida Lázaro Cárdenas, se dicen ser del Romeral; y del lado de Sitio de Querétaro, ya se sienten de la Resurrección, cuando antes del puente pertenecía al barrio de Tierra Blanca. Y al brincar al otro lado de la colonia de Emeteria Valencia, ellos se sienten del barrio de San Juan. Así que el puente vino a dividir a un barrio, a separar a su gente, a sembrar discordias, a olvidarse que todos eran una sola familia unidas por la fe”, comentó la encargada del templo, la señora Yanet Rojas.
Explicó que actualmente el barrio quedó reducido a un par de calles, con no más de 500 habitantes, porque muchos son comercios atendidos por gente que viene de otras colonias; y el barrio es de la farmacia hasta atrás de la Mega, “y todos los demás se sienten de la Mega, la cual ha de estar cumpliendo los 20 años. Y el barrio es de la avenida Lázaro Cárdenas hasta la Mega, es decir, un pedazo de tierra”.
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TERCER INFORTUNIO
Quizá este barrio sea de los más nuevos de Celaya. No ha tenido, como los demás barrios, un Santo Patrono que se hubiera arraigado en la creencia popular. Los feligreses cuentan que en la capilla han sido venerados San Antonio, La Santa Cruz y San Cecilia, en distintas épocas y por diferentes motivos.
“El primer patrono fue San Antonio, porque la imagen la aportó una familia que le organizaba sus fiestas populares. Eso hará más de 150 años. Pero la familia fue emigrando a la Ciudad de México y a otras partes del país. De esa familia no quedó nadie. De 100 años a la fecha, hubo otra familia que de generación en generación siempre tuvo a un lado del nicho de San Antonio a La Santa Cruz, pero por respeto nunca cambiaron la imagen. Todavía hay familias que organizan la fiesta para la Santa Cruz, aunque vivan en la colonia Las Flores, y sólo se le presta el templo para la festividad”, narraron vecinos y la encargada del templo.
Contaron que, según los abuelos, hace unos 90 años los mariachis de ese entonces aprovecharon la ausencia de la familia devota a San Antonio para sacar dicha imagen del nicho del altar y colocar la imagen de Santa Cecilia.
“Los primeros mariachis de Celaya que vivían en la calle Agapito Araujo, perteneciente al barrio de Tierra Blanca, trajeron la imagen de Santa Cecilia, al parecer desde España, porque el material es muy antiguo, llamado patol”, expuso la señora Yanet Rojas.
CUARTO INFORTUNIO
El pasado 22 de noviembre, por primera vez en toda la historia de la devoción de los músicos, no acudieron los mariachis para cantarle las Mañanitas a la imagen de Santa Cecilia, Patrona del Barrio de Tierra Blanca. Incluso, el año de la pandemia en que no hubo misa, acudieron con guitarras y violines para arrancar del corazón las notas en honor a la patrona de la inspiración musical.
“Se desconoce el motivo de su ausencia. Tenían que estar de 12 a una de la tarde, y se les había preparado su aperitivo como cada año. Pero después de las 2 de la tarde se tenía la certeza de que no llegarían, y por eso se tuvo que contratar a un mariachi, y aunque llegó a las cuatro de la tarde, se le hizo su fiesta a la imagen de Santa Cecilia”, expuso la encargada del templo.
Se dice que hace años, los mariachis salieron mal con el padre o con algunos feligreses, y ellos querían sacar la imagen, con el argumento de un recorrido, una procesión por las calles de la zona, y después regresar al templo. Pero alguien dijo que la intensión era no regresar la imagen. Así que no se prestó la imagen, y desde entonces se le puso candado al nicho. Y los mariachis hicieron su propia capilla, en la colonia El Vergel, frente al Salón del Sindicato de Músicos.
QUINTO INFORTUNIO
Por décadas, la misa era los domingos a las 9 de la mañana; después se cambió a las 10 de la mañana. Pero hace seis años que se les cambió de nuevo, los sábados a las 8 de la noche, lo que afectó gravemente en la asistencia de los feligreses, ya que en su mayoría eran adultos mayores del barrio y de calles aledañas.
Pero por la hora, la inseguridad, el frío, la lluvia, por el miedo incluso de caerse en el camino, dejaron de acudir. Los vecinos hicieron un llamado a la Diócesis de Celaya para que valore la situación y volver al horario de los domingos a las 9 ó 10 de la mañana. Porque los domingos se llenaba el templo y hasta se ponían sillas, una lona y bocinas en el atrio para congregar a unas 80 personas que acudían en familia. Sin embargo, con la misa por la noche de los sábados, sólo acuden las dos personas de lectura, el monaguillo, la encargada del templo y sólo dos o tres vecinos.
SEXTO INFORTUNIO
Por más de cinco ocasiones, en distintas administraciones, vecinos del barrio de Tierra Blanca han presentado la solicitud de pavimentación de la calle que inicia en el templo y termina en la avenida Lázaro Cárdenas.
Pero todas las respuestas han sido las mismas. El largo terreno no está registrado como calle urbana, sino como un predio ejidal, y por lo tanto no pueden intervenir. Sin embargo, desde hace décadas, el Gobierno Municipal si le conviene intervenir para cobrar el impuesto del predial.
El gobierno municipal metió alumbrado público, cambió la red de drenaje; pero de forma contradictoria el IMIPE y Copladem insisten que no les corresponde la pavimentación, porque es terreno particular.
DESFILE DEL 22
El pasado jueves inició la primera de las nueve Posadas, y cada día le corresponde a uno de los nueve barrios hacer su desfile por las calles de su zona; y al concluir el día 24, todos los barrios se reúnen en un solo desfile a realizar el 25 de diciembre.
A las 5 de la tarde del próximo miércoles 22, le corresponde al barrio de Tierra Blanca participar en el desfile con su carro alegórico al Nacimiento de Jesucristo, y junto con organizadores, los frailes del templo de San Francisco recorrerán las calles de la localidad, y todos los gastos sustentados por los vecinos.
El desfile inicia en el templo, salen por la avenida Lázaro Cárdenas, rumbo al sur, para dar vuelta en el retorno, a la altura de la colonia Las Flores, se toma la calle Sitio de Querétaro, continúa por todo Allende, hasta llegar a la calle Pípila. Y de ahí se retorna en sentido contrario, siempre escoltados por elementos de la Dirección de Tránsito. El desfile dura poco más de dos horas, ya que los vecinos van lanzando dulces a las familias, por lo que en ocasiones se ven en la necesidad de hacer paradas de no más de un minuto.
El Comité Organizador está compuesto por Mercedes Gómez, María Delgado, Ana María Hernández y Yanet Rojas, quienes han trabajado desde dos meses antes para preparar la armazón, materiales de escenografía, vestimentas, pesebre y estrellas, todo arriba de dos remolques en donde estarán 30 niños y jóvenes representando a los pastores y el Nacimiento del Niño Dios.
Para el día sábado 25, el municipio apoya con 10 mil pesos por barrio, y en el desfile participan los 9 barrios, que por muchos años estuvo a cargo de Sarita Montoya. El apoyo es para el alquiler de plataforma, planta de luz, el armado, luces, extensiones y gasolina; y tanto adultos como niños son voluntarios, pero al final se les ofrece una comida, pero parte del recurso se compran atuendos.
El recorrido de todos los barrios inicia en las antiguas instalaciones de la feria, continua por todo el boulevard Adolfo López Mateos, de poniente a oriente; sigue por Allende hasta pasar por Presidencia Municipal, y hasta llegar al Templo del Carmen, para llegar a Abasolo y concluir en el Parque Xochipilli