Celaya, Gto.- “No sé si la intención del gobierno federal o estatal sea dejar sola a Celaya, si esa es la intención lo están logrando bien”, señaló el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, quien además calificó como una situación indignante y una gran falta de coordinación entre los tres órdenes de gobierno, el ataque contra dos elementos de tránsito que dejó como saldo un agente muerto y que originó que se cambiara la sede del Pre Mundial de Futbol Sub-20. De igual forma, pidió a todos aquellos que se dedican a hacer el mal “que tengan sensatez, cordura y compasión por nuestra gente”.
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El obispo lamentó que la violencia se haya focalizado en Celaya y, sobre todo, algo que le parece grave es que haya atacado a los tránsitos, los cuales se dedican a mantener en orden la vialidad y que son visibles a la ciudadanía por su uniforme y, por ende, más vulnerables “en cambio los criminales se camuflan entre todos y no es fácil verlos ni ver dónde están”, mientras que los agentes, “hasta traen colores fosforescentes”.
Otra situación preocupante, dijo, es que lo sucedido provocó que el Pre Mundial de Futbol Sub-20 cambió de sede y, en consecuencia, dejó no solo una mala imagen de la ciudad, sino una agravada de lo que ya se tenía a nivel mundial, ya que son equipos que venían de otros países.
Ante esto, considera que falta coordinación entre las autoridades federales, estatales y municipales, “porque no hay resultados. Hay tres cosas, una o el gobierno no quiere actuar, dos o está rebasado que tampoco creo, tres no creo que pueda ser cómplice, ni debe ser cómplice de la situación, así que yo pienso que no se coordinan, no quieren o no hay voluntad de querer hacer las cosas”.
Comentó que las autoridades de los tres órdenes de gobierno les faltan inteligencia, organización, estrategia y preparación para enfrentar a la delincuencia organizada, sin embargo, mencionó que con lo ocurrido “yo creo que hay una obviedad, no sé si la intención del gobierno federal o estatal sea dejar sola a Celaya, si esa es la intención lo están logrando bien”.
Indicó que desafortunadamente los asesinatos se están dando en cualquier hora del día, en cualquier lugar, como, por ejemplo, cerca de su casa a las 11:00 horas, sin embargo, espera que este tipo de sucesos no pasen dentro de una Iglesia, ya que ha pasado fuera de una escuela, en un restaurante, en el bulevar, cerca de las oficinas de la Policía Municipal, contra políticos y en varios lugares que han provocado que exista “un tiempo de barbarie”, que tiene temerosa a la ciudadanía y en lugar de evolucionar como sociedad “estamos involucionando”.
De igual forma, comentó que, con el ataque a los elementos de tránsito, “se ve hasta una mala intención de dar una mala imagen a la ciudad. Creo que esto en lugar de favorecer, empeora la situación, no sé quién, ni porqué lo hagan, pero es una mala intención de estar denigrando la imagen de una ciudad que era una ciudad pacífica, de convivencia cotidiana entre familias que podían saludarse, conocerse tranquilamente y salir a pasear. Ahora todos tenemos que comprometernos, no solo se necesita mandar a más elementos, se necesita que haya una coordinación con el estado, el municipio para que realmente se tengan resultados”.
“No se trata de traer más elementos, se trata de organización, estrategia, inteligencia, de resultado. Esto les toca a ellos, nosotros como Iglesia no somos jefes de la Guardia Nacional, del Ejército, de la FSPE, nosotros solo podemos suplicarles a los hermanos nuestros que tengan compasión de nosotros. No me quedan otras palabras que decirles tengan compasión de sus semejantes, son personas que también quieren vivir. Qué triste que hoy tengan que eliminar familias completas, donde ya hay menores de edad, es lamentable que niñas, niños que tienen todo un futuro se vea truncada su vida por la violencia”.
También les pidió que tengan compasión y piedad por los menores de edad, ya que ellos no tienen la culpa de las malas decisiones que tomaron sus padres y, que en general, tengan sensatez y cordura por la gente, ya que todos son seres humanos que tienen ganas de vivir, de trabajar y de estar en paz, “suplicarles a ellos, si les queda algo de corazón, sensatez y cordura que dejen de hacer el mal”.
Como Iglesia, dijo, continuarán orando por la paz, a las familias les pide que eduquen a sus hijos en los valores del respeto, tolerancia, empatía, que aprendan a vivir como hermanos, que cuiden dónde están sus hijos y que no sean cómplices de las cosas malas que hagan. Actualmente, mencionó, es desafortunado que los valores que imperan son el dinero, el poder y el desenfreno sexual en todos los campos.
Para concluir, el obispo mencionó que el libertinaje, la corrupción, impunidad, abuso de poder y el deseo desenfrenado por el dinero, el convertir al ser humano en un objeto que se puede desechar, son las cosas que todos han estado sembrando y cosechando como sociedad, que han provocado una crisis antropológica y cultural que llevará muchos años reparar. Destacó que “no hay que perder la esperanza, hay que seguir luchando, convencer a otros de que vale la pena seguir trabajando por el bien, el mal hace mucho ruido, pero no va a triunfar, el bien somos más los que lo queremos y estamos convencidos de hacerlo”.