CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- En la última semana, la Casa del Migrante “El Buen Samaritano” registró un aumento en el flujo migratorio y, es que, a decir de la encargada del lugar, Patricia Solorzano, en los dos últimos días atendieron a 222 migrantes que pasaron por Celaya, 180 el primer día y 42 el segundo, más 36 niños en total. La mayoría, dijo, provenían de Venezuela, Ecuador, Honduras, Guatemala, Colombia e incluso de África.
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Mencionó que: “lo que ellos manifestaron en su registro es que su objetivo es llegar a Estados Unidos, el motivo, quieren darles una mejor vida a sus familias, porque en sus países la situación que se está viviendo es muy desalentadora, no hay trabajo, ni alimentos, por ejemplo, comentaban que les pagan 3 dólares por todo el día y una pieza de pan les cuesta más del dólar y eso no les alcanzaba para mantenerlos, por eso viajan, porque quieren un mejor futuro para todos”.
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Las personas que llegaron, en su mayoría eran de Venezuela, Ecuador, Honduras, Guatemala, Colombia e incluso, dijo, llegó una familia de tres integrantes provenientes de África. “La mujer está embarazada de seis meses, cuando llegó se solicitó el apoyo de médicos porque tenía dolores de cadera, afortunadamente todo estaba bien, descansó y al día siguiente siguió su camino”.
Precisó que la casa del Buen Samaritano solo es un lugar de tránsito y de apoyo para el migrante en su paso por Celaya, por lo que, dependiendo del horario se les brinda el desayuno, almuerzo, comida y cena o la cena, el desayuno y el almuerzo. “En sí, ellos se quedan a descansar y al otro día se retiran”.
“Pero, antes de irse se les entregan dos kits personales, el primero incluye alimentos como lata de atún, cuatro paquetitos de galletas saladas, agua embotellada, sueros, así como una bolsa de cereal o de chocolate, estos dos últimos por recomendación de la Cruz Roja, porque dicen que en el camino y por el sol se les baja la presión y comer algo dulce les ayuda a seguir con su camino. El otro kit es de aseo y en él viene cepillo y pasta de dientes, jabón, shampoo y estropajo”.
Para poder seguir brindando estos kits a las familias migrantes, Patricia Solorzano pide “a todas las personas de buen corazón que nos ayuden donando alimentos no perecederos como arroz, frijol aceite, azúcar, atún, galletas, cereal, agua embotellada, zapatos cómodos, pantalones de mezclilla”.
También pide de manera especial sudaderas, suéteres, chamarras y cobijas para todas las edades, ya que en ocasiones los migrantes quedan expuestos en el monte o en el tren a las condiciones meteorológicas como son la lluvia, el frío y el viento.