CELAYA, Gto. (OEM-Informex).- La impunidad de la que gozan los responsables de los ataques que se han suscitado en Celaya y que las autoridades responsables prácticamente no hagan algo por resolverlo, han alcanzado a personalidades deportivas en este caso de Arturo “Arturito” Lara Diez, a quien le truncaron una vida a su corta edad de 16 años, quien era integrante de tradicional Paseo Ciclista Familiar de Celaya, asimismo el triatlhonista Juan Carlos Cano sufrió por segunda vez el asalto a mano armada nuevamente quitándole una bicicleta.
En efecto, el luto llegó nuevamente al colectivo de los paseos ciclistas en bicicleta en Celaya, principalmente al grupo que encabeza don Cleto Yáñez, quien desafortunadamente y con mucho dolor vio que la vida de su nieto cobardemente le fue arrebatada, recordando que “Arturito” había llegado a integrarse al paseo desde hace trece años, y desde hace cuatro años se desempeñaba como “banderero”.
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Su amabilidad, su sonrisa, educado y siempre apoyando a las personas en el paseo que fundó su abuelito don Cleto, es como siempre será recordado por su familia y ciudadanos que cada fin de cada mes acudían a dicho paseo.
El dolor que hay en sus padres Berenice Diez Marina y Arturo Lara, así como de su hermano Luciano de 10 años de edad, difícilmente será superado, pero seguros están que desde el cielo y de la mano de Dios, seguirá “pedaleando”, esperando el día que nuevamente se vuelvan a abrazar.
“Arturito” actualmente cursaba sus estudios en el Instituto Minerva, recordándolo su tío Octavio, que fue un chico muy alegre y educado, saludando siempre a las personas en cada llegada al paseo, recordando que también le gustaba en ocasiones ir en bicicleta hacia el cerro.
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En sus inicios como banderero hizo pareja con Luz Yáñez, y con el paso del tiempo lo hizo solo, recordando su tío la anécdota de que en un día cuando iban a concluir un paseo ya yendo Arturito como abanderado, quiso sorprender a sus primos sobre su tenacidad en bicicleta cuando iban por la calle Hidalgo a la altura del hotel Isabel, al soltarse del manubrio logrando su prometido pasando por la calle Benito Juárez pero fue al llegar a la calle Zaragoza cuando un señor que iba cruzando trató de ganar a su paso, pero desafortunadamente se “estrellaron”, lo que ocasionó la risa de las personas que afortunadamente sólo quedó en el susto.