San Miguel de Allende, Gto.- En esta feria de la Lana y el Latón que se lleva a cabo en el centro de San Miguel de Allende, puedes conocer a Margarito Jimenez quien tiene 35 años fabricando tapetes de lana hechos con telar, una herencia que le dejó su papá.
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Margarito Jimenez, artesano de productos de lana, comentó que lleva 35 años trabajando la lana gracias a que su papá que ya falleció, le enseñó esta profesión, además de otros empleados que había en el taller.
“Esto ya viene de familia porque tanto mi papá, como mis tíos, se dedicaron muchos años a esto, pero solo quedo yo, porque ya ni mis primos se dedican, ya que ellos tienen otros empleos”, expresó Margarito.
Agregó que este oficio es muy bonito y entretenido ya que para diseñar las figuras hay unas que las hacen ya de memoria y otras sí ocupan patrones para hacer como la serpiente azteca, donde pone el dibujo debajo de los hilos base para el tapete, luego se marca con un marcador el hilo y ya se va dando la forma con los hilos de la lana.
Indicó que uno de sus retos más complejos es cuando le pidieron un tapete grande como de 4 metros, pero a pesar de que se llevan más días trabajando, también es un gusto y se siente orgulloso ver el tapete terminado y a los clientes llevarlos con admiración.
Explicó que ellos tardan de 3 a 4 días en realizar un tapete de medida estándar que es de 1 metro por 1.85, pero eso dependerá del diseño ya que hay unos más complejos que se tardan hasta dos semanas, como los que llevan escritura.
“Todo el proceso empieza cuando se va a los ranchos a comprar la lana de los borregos, luego se lleva a la fábrica que está en Acámbaro, Guanajuato, donde se hace el lavado, secado e hilado, luego ya, así hilada la compran en color natural y gris y él la tiñe según los colores que necesite para hacer los tapetes”, dijo Margarito.
Lamentó que ya son pocos los que realizan este tipo de trabajos en los telares, ya que actualmente la juventud ya no se interesa por aprender el oficio, ya que tienen otras inquietudes o el mismo celular e internet tiene a los jóvenes en otros intereses. Piensa que si un día él muere igual ya no haya quien continúe con este trabajo en su familia.
Finalizó diciendo que lo que se ha dado cuenta es que a los extranjeros de Canadá o Estados Unidos les interesa más aprender este oficio y se meten a la escuela de Bellas Artes o Instituto Allende donde les enseñan a realizar el tejido.
A él lo podrás ver en la esquina de San Francisco con calle Hidalgo en la feria de la Lana y el Latón, además que tiene su taller en la calle Stirling Dickinson número 15 en la colonia San Antonio.