CELAYA,Gto.- más de medio año de haber concluido la restauración del antiguo edificio que se encuentra en la esquina de los portales Colunga y Corregidora, quedó abierto el negocio Fashion Palace que tiene el objetivo de fortalecer la economía de la zona centro.
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La joven encargada informó que todavía hay vacantes, para quienes quieran ser parte de una nueva experiencia laboral en el corazón de Celaya, en donde estarán representando una amplia variedad de artículos de gran calidad y a precios accesibles.
Informó que la tienda está abierta desde el pasado sábado, con un horario corrido de nueve de la mañana a las ocho de la noche, y las dos plantas están llenos de artículos para personas de todas las edades, desde niños, niñas, jovencitas, jovencitos, señores, señoras y adultos mayores.
“Tenemos artículos de todo un poco, manejamos acero inoxidable, bisutería, maquillajes, billeteras, cosas para fiestas, regalos, ventiladores, y en la parte de arriba también tenemos cerámica, artículos para baño, lencería, electrónica, artículos para carros, tapicería, deporte, de todo un poco”, afirmó.
Aseguró que hay cosas muy económicas, accesibles, todo de buena calidad, de importación y exportación, se encuentra en el corazón de Celaya.
HISTORIA
A mediados de enero del presente año concluyeron los trabajos de restauración y en los primeros días de febrero fue entregada la antigua casa de la esquina del andador Colunga y Corregidora, que desde hace cinco años empezó su intervención, y aunque en un principio no se sabía su destino, el pasado sábado abrieron sus puertas Fashion Palace que, como dicen encargados, busca fortalecer la economía de Celaya.
En enero se pensó que era posible que el inmueble pudiera recibir de nuevo a los comerciantes que en el 2019 fueron retirados debido al peligro que representaba por un posible colapso de la estructura, como eran negocios de paletas, nieves, pizzas, comida diversa, aparatos electrónicos, entre otros, pero quedó en manos de una empresa dedicada a la venta de una amplia variedad de artículos de casa.
Ana Paulina Loustalot Laclette, fue la arquitecta encargada de la restauración del edificio, siempre bajo especificaciones del Instituto Nacional de Antropología e Historia, y en su momento comentó que no hay una fecha exacta de la construcción del edificio, sin embarga data desde la fundación de Celaya, en centro histórico.
“Tenemos únicamente muros originales de aquella época en la parte norte, y en la parte sur, como es la fachada que da al pasaje Enrique Colunga, así como otro de los muros que da al andador Corregidora”, dijo a mediados de enero, cuando concluyó los cinco años de restauración del edificio.
Explicó que, al parecer, la primera intervención fue después de 1850, ya que se encontró con una viga de acero con el nombre del español Eusebio González (quien había llegado a Celaya en 1852 y después se casó con la benefactora Doña Emeteria Valencia), aunque no por ello signifique que la casa haya pertenecido a dicho matrimonio, o la vivienda haya sido parte de la hacienda.
“Inicialmente, en septiembre de 2017, el municipio me solicita apuntalamiento porque detectan, a través del Colegio de Ingenieros Civiles, un fallo estructural en la fachada sur y oriente, desprendidas, porque el inmueble, al estar en continuo cambio de uso, algunos de los usuarios quitaron los muros de amarre que debía tener el edificio para ajustarlo a sus nuevos usos, y comienza el problema de falla estructural”; contextualizó.
Explicó entonces que el particular decide intervenirlo, y con ello se inició con los apuntalamientos rojos, por lo cual así queda por dos años, tuvo algunos cambios de propietarios, y el 3 de junio de 2019 inicia la intervención con el actual propietario.
“En 2019 los comerciantes se van para iniciar los trabajos de restauración, que fueron liberaciones de cubiertas de cubiertas entre pisos, azoteas, aplanados a la cal, también liberación de aplanados de mortero de mezcla que existía; liberación de pintura de todos los elementos de cantería, la cual estaba cubierta de varias capas de pintura, se rescatan los elementos de los arcos y escaleras, así como reposición de muchas piezas”, detalló.
Explicó que en la planta baja hay 4 espacios cerrados o habitaciones, y en la plata alta unos seis, y todo el edificio no tiene un estilo arquitectónico definido, sino que a lo largo del tiempo tuvo cambios y se encuentran de muchos estilos.
Explicó que lo más difícil que encontró fue la liberación de las losas, porque fue un trabajo de mucho cuidado, extrema precaución, apuntalamientos previos, porque las vigas estaban deterioradas, y afortunadamente no hubo algo peor, porque hubo un alto riesgo de desplome.
De igual forma reveló que momentos emotivos fueron cuando se empezaron a ver detalles de cantera, el cómo fueron saliendo detalles antiguos, cimientos de piedra, vasijas y dos pinturas murales, una en la habitación de la planta alta y otra en el portal, y quedarán protegidas con material especial.
También comentó que encontraron colados de piso de 1943, según la referencia de un diario local, y descubrieron columnas del siglo XIX, finales de 1890.
“Una inversión privada como la que ha tenido este inmueble, no la hemos tenido en Celaya en ningún inmueble restaurado en el centro histórico. Ha sido una labor molesta para el ciudadano, sin embargo, el particular no dejó de aportar al rescate de la casa antigua”, expuso.
También aclaró que siempre hubo un buen trabajo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, se tuvieron muchas supervisiones, y se tendrá la supervisión para la entrega del 31 de enero.
Algunas puertas son nuevas, otras se conservan, hubo canteros de Neutla, Comonfort, albañiles de Celaya, yeseros, especialistas en estructuras, y a lo largo de los casi cinco años llegaron a estar hasta más de 200 trabajadores, pero hubo épocas en que había hasta 80 trabajadores en la casa.
“Más allá de ver una ciudad tan caótica como la que estamos viviendo, poseemos inmuebles que nos pueden dar ese plus de valor no sólo histórico, sino, como seres humanos, de sentirnos orgullosos de donde nacimos, crecimos, vivimos y comemos”, concluyó en la entrevista realizada a mediados de enero del presente año. Y hoy la casa ya tiene vida.