IRAPUATO, Gto. (OEM-Informex). De no haber sido por el sector agroalimentario, el 2020 habría pegado con mayor fuerza a la economía guanajuatense; sin embargo, para 2021 este sector enfrentará un serio problema: una de sus principales materias primas para la producción de alimentos, el agua, se está escaseando, pues el estado ha pasado por dos años sin lluvia y sólo se tiene agua asegurada para sólo un ciclo agrícola, cuando al año son dos los que tradicionalmente se llevan a cabo.
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“La situación preocupa porque tenemos dos años difíciles, en 2019 nos quedamos abajo en agua, no llovió, en 2020 otra vez nos quedamos con niveles bajos y hay presas que están en niveles complicados, entonces esperemos que 2021 sea año llovedor y por parte de nosotros seguiremos impulsando mayor tecnificación de cultivos para que sigan produciendo con menos agua, porque esto ya nos dejó enseñanza de que debemos migrar a esta tecnología más pronto de lo que teníamos proyectado”, dijo en noviembre José Francisco Gutiérrez Michel, secretario de Desarrollo Agroalimentario y Rural de Guanajuato.
La situación es compleja si se toma en cuenta que las cuatro principales presas del estado, las de mayor almacenamiento, en conjunto tienen un almacenamiento de alrededor de 44% de agua en total, una de las cifras más bajas en la última década, según recuerda Agapito Montes García, productor de maíz y sorgo de la comunidad de Aldama, quien decidió no sembrar durante el invierno porque no sabe si el agua que le toca de la repartición que le toca del Módulo de Riego le alcance y mejor prefiere guardar su ración hasta el ciclo primavera-verano.
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“Desde hace más de 10 años no teníamos una sequía así, pero ahora se está complicando más porque pues si bien acabamos de cosechar, no sembramos porque es incierto el panorama y perder una siembra ahorita sería casi, casi la muerte para muchos de nosotros que vivimos de lo que producimos”, dice el hombre que en sus 70 años ha vivido cuatro sequías y para él ésta es la más severa.
Presas con bajo nivel de almacenamiento
De acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua, en el monitoreo que se hace desde esa plataforma de las principales presas de México, la presa Solís, ubicada en el municipio de Acámbaro, la más grande del estado y que tiene un almacenamiento total de 800 mil hectómetros cúbicos, actualmente se encuentra al 79% de su capacidad, pues tiene 630 mil 992 hectómetros cúbicos actualmente. Este caso resalta, pues normalmente esa presa, de 2013 a 2018 estuvo al 100% de su capacidad, incluso con agua dentro del Nivel de Aguas Máximas Extraordinarias que la Comisión Nacional del Agua tiene permitido para ese embalse, pero en sólo dos años ha perdido más del 21% del agua que tenía almacenada.
El caso de la presa de Allende, ubicada en San Miguel de Allende, es el caso más grave, pues este embalse está a sólo 16% de su capacidad, pues tiene 28 mil 95 hectómetros cúbicos de los 170 mil 790 que puede almacenar. Incluso, esta presa, de tanta agua que llegó a almacenar en algún tiempo, en un desfogue que a ésta le hicieron su agua excedente se fue hasta la ciudad de Celaya y terminó por inundar la planta Honda, de ese municipio, la cual tuvo que estar cerrada por algunos meses por la gran cantidad de líquido que le ingresó.
En cuanto a la presa La Purísima, otro delos principales embalses cuya agua es usada para la producción agrícola, ésta se encuentra al 55% de su capacidad pues tiene 60 mil 229 hectómetros cúbicos almacenados de los 110 mil que puede recibir. También esta presa había tenido niveles sostenidos de almacenamiento, pues en sus épocas con menor cantidad de agua estaba al 80% de su capacidad y hoy está casi 30% abajo de esos niveles que llegó a mantener.
En cuanto a la Laguna de Yuriria, cuya agua es usada tanto para riego agrícola como para actividades recreativas, ésta se encuentra a 26% de su capacidad, pues tiene 72 mil 741 hectómetros cúbicos de los 278 mil 790 que puede almacenar.
Sin agua para riegos
Agustín Robles Montenegro, presidente del Distrito de Riego 011, aseguró que pinta para mal el riego para las próximas temporadas de cultivo, ya que este año no ha llovido lo suficiente en el estado y se requieren más de mil 600 millones de metros cúbicos del escurrimiento de agua para que al distrito le asignen, como cada año, una dotación de más de 950 millones para los campos del otrora granero de México.
Sin embargo, no se ha recaudado la suficiente cantidad y, de manera preliminar, sólo estarían recibiendo cerca de 480 millones de metros cúbicos, que no es ni la mitad de lo que les corresponde cada año.
El presidente del Distrito de Riego 011 comentó que esto afectaría a los cerca de 24 mil campesinos que dependen del riego, principalmente a aquellos que se dedican a la siembra de trigo y cebada, y aunque estos también podrían hacer uso de los pozos oficiales y de particulares, las tarifas de energía eléctrica cada vez están más caras, lo que daña también su economía.
“Para los campesinos es una crisis crítica, el campesino recibe las adversidades de las cuestiones climatológicas, porque ahorita el maíz tiene un precio bajo para el productor, tampoco hay temporal porque se perdió por la falta de lluvia, entonces son golpes para el productor más jodido.
“Ahora normalmente sembramos trigo y cebada, pues esta vez no va haber agua para sembrar eso y había agua solo de los pozos, pero la energía eléctrica cada vez más está más cara”.