Agradece obispo a policías su lucha contra la delincuencia

Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, mencionó que es lamentable que sigan sucediendo estos ataques en contra de los elementos

Ana Medina | El Sol del Bajío

  · martes 6 de febrero de 2024

El obispo agradece a los policías por combatir a la delincuencia. | Foto: Ana Medina | El Sol del Bajío

CELAYA, Gto.- Ni la Guardia Nacional ni el Ejército Mexicano hacen frente a la delincuencia organizada, “ellos patrullan e inhiben, resguardan y llegan a poner la cinta, pero realmente no se ha visto una presencia efectiva de la seguridad nacional”, mencionó el Obispo de la Diócesis de Celaya, Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, ante la ola de ataques y asesinatos de policías municipales que se han vivido en las últimas semanas en la ciudad.

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En menos de un mes, nueve integrantes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de Celaya (SSCC), entre los que se incluyen un bombero, un agente de tránsito y siete policías municipales, fueron asesinados en el cumplimiento de su deber, ante esto, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, mencionó que es lamentable que sigan sucediendo estos ataques en contra de los elementos, a quienes agradeció por estar combatiendo a la delincuencia, además considera importante que exista un acercamiento entre la Policía y los ciudadanos de las colonias, barrios y comunidades de la ciudad para evitar que se conviertan en focos difíciles.

Sobre los ataques, el obispo dijo que la intensidad con la que se están dando pareciera que, tal y como lo han mencionado las autoridades municipales, es por la estrategia de seguridad. A todos los elementos de la corporación policiaca les agradeció su esfuerzo por estar luchando contra la delincuencia y los animó a seguir haciendo su trabajo.

A las autoridades municipales, de manera especial, de Celaya, Juventino Rosas y Villagrán, les pidió que den capacitación, las herramientas y las estrategias necesarias para que los elementos puedan combatir “a una delincuencia cada día más fuerte. Quizá mejores patrullas, armamentos, equipamientos, seguridad, para que puedan repeler este tipo de situaciones”.

También pidió que durante su patrullaje no las dejen solas con dos o tres elementos, sino que busquen la forma de hacer dicho patrullaje de manera más coordinada para que no los embosquen, “pero eso le toca a seguridad, uno no está para darles estrategias, ni es el campo”.

“Lo que sí se necesitan son más elementos para poder afrontar a una delincuencia que cada día tiene más miembros y cada vez está más organizada. Se necesitan más elementos de seguridad pública y del estado, creo que son los que hacen más frente a la delincuencia, porque, por otra parte, no hemos visto que la Guardia Nacional o el Ejército enfrenten a la delincuencia organizada, ellos patrullan e inhiben, resguardan y llegan a poner la cinta, pero realmente no se ha visto una presencia efectiva de la seguridad nacional”.

“Muchas veces se deja todo al municipio y al estado, sería importante que la federación también interviniera, no basta con patrullar o inhibir la delincuencia, es necesario también participar en coordinación con el Ayuntamiento, con la seguridad municipal y estatal para poder hacer frente a una delincuencia cada día más organizada y más fuerte. Al final creo que no se puede bajar la guardia, no se pueden bajar las manos y rendirse, creo que tendrán que darse la lucha y seguir combatiendo la inseguridad y proteger a la ciudadanía y en la medida de lo posible cumplir con lo que al gobierno le toca que es procurar la seguridad de la ciudadanía”.

Como en otras ocasiones, el obispo considera que la seguridad les toca a las autoridades, no a los ciudadanos, por tal motivo, reitera su invitación a no armarse, ni tomar la justicia por sus propias manos, ya que sería lamentable llegar a esa situación “cada quien tomaría la justicia por sus manos y libérese quien pueda”.

Monseñor Aguilar Ledesma, mencionó que es importante que la policía tenga más acercamiento y colaboración con las personas de las colonias, barrios y comunidades para que entre todos platiquen, vean cuáles son las necesidades reales que se tienen en cada lugar y se procure la seguridad, porque “a veces cuando se dan cuenta la colonia se hundió en un foco muy difícil para la gente que ahí vive”, a tal punto que “ya no se puede hacer gran cosa y a veces también la seguridad es muy difícil remediar”, cuando se pudo atender a tiempo.

Por otra parte, sobre los recursos que se destinan a Celaya del Fondo Estatal para el Fortalecimiento de la Seguridad Pública Municipal, el obispo comentó que es bueno el apoyo que se etiqueta, por lo que, considera que es importante que se aproveche eficientemente, sin embargo, si a las autoridades municipales no les alcanza el recurso que se les asigna, debido a la situación extraordinaria que se vive en la ciudad, dijo que sería conveniente pedir, de igual forma, un apoyo extraordinario.

También agregó que es importante que durante las campañas se extienda la seguridad más allá de lo ordinario que son los rondines en las diferentes colonias de la ciudad, para que se resguarde y proteja a los candidatos, si es que el presidente así lo cree conveniente, ya que tal y como se vive en Celaya, las elecciones y los mítines se vuelven puntos rojos para la delincuencia organizada.

Para concluir, es importante recordar que el primer incidente ocurrió el 7 de enero en la calle Mutualismo casi esquina con la avenida Constituyentes, cuando un integrante del cuerpo de bomberos fue asesinado mientras se dirigía a atender un reporte; después el 24 de enero se registró otro ataque en la comunidad de Santa María del Refugio, donde murieron cuatro policías; luego el 25 de enero un agente de vialidad fue asesinado en el Eje Juan Pablo II a la entrada de CONAGUA.

Posteriormente, el 28 de enero un policía municipal fue asesinado durante un enfrentamiento en la colonia Tresguerras y Paseo de Celaya; finalmente el 1 de febrero sujetos armados emboscaron a elementos de la policía municipal en la zona de Pelavacas y al repeler la agresión dos policías perdieron la vida.