CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- El señor José Luis Aguacaliente Arreguín, de 72 años de edad, se registró desde hace dos años en el programa Bienestar a fin de recibir su pensión para los adultos mayores, y aún cuando le hicieron la entrega de su tarjeta para cobrar el apoyo, éste no le ha llegado en ninguna ocasión, sin que le den solución en las oficinas correspondientes.
Aguacaliente Arreguín mencionó que necesita el dinero para el tratamiento de sus ojos, ya que es necesario aplicarse una inyección cada quince días y cada una le cuesta 2 mil 500 pesos. Además ha sufrido dos infartos, el primero hace un año, que le provocó parálisis facial del lado derecho, y lo obligó entonces dejar de trabajar como panadero; y el segundo infarto de hace cuatro meses le quitó 90% la capacidad de su vista, por lo que está en tratamiento médico y le ha sido sumamente difícil juntar para sus inyecciones.
“Me urge la pensión, para mi tratamiento, porque sin la vista soy nadie, y así no puedo trabajar en nada, ni moverme por la casa. Tengo la esperanza que con el tratamiento pueda recuperar un poco de la vista, lo suficiente para ser independiente y no nadar dependiendo de los hombros de las personas para poder caminar”, dijo, lamentando que en el centro de Bienestar, ubicado en las oficinas de lo que antes era Sagarpa, sobre Irrigación, le estén haciendo dar vueltas a cada rato, sobre todo por la condición de su vista.
Detalló que tiene tres hijos, todos con familia, los cuales le están ayudando, pero comprende que ellos también tienen sus gastos; pero aún con su apoyo, necesita la pensión de Bienestar para su tratamiento.
“No andaría pidiendo, si no lo necesitaría, pero me urge, por mi salud, porque sin vista que perdí casi toda hace cuatro meses, me es imposible moverme. Veo poquito, con un ojo, que apenas distingo bultos, pero tengo la esperanza de que con el tratamiento pueda ver bien, recuperar la vista, recuperar la vida. Y por eso estoy pidiendo que me den mi pensión de Bienestar”, comentó.
Expuso que la primera ocasión que acudió para inscribirse, fue el 2 de octubre de 2020, con el folio 2407373; la segunda ocasión, cuando ya le habían dado la credencial, pero que no le llegaba nada, fue el 14 de julio del 2021, y quedó inscrito con el folio 7469993; la tercera ocasión el 11 de enero de 2020, con el folio 13407996; y la cuarta inscripción fue el 12 de septiembre del presente año, con el folio 5867516.
En cada ocasión salía con la esperanza de que le llegaría su ayuda, pero cuando iba al banco y no encontraba ni un peso, la esperanza también se empezó a cansar. En un último intento, acudió el pasado lunes, pero le dijeron que lo iban a inscribir de nuevo, pero la pensión le estaría llegando de seis a siete meses. Una mueca lo dijo todo y se regresó.