ACÁMBARO, Gto.- (OEM-Informex).- Acuden decenas de feligreses con fe y devoción a la solemne Celebración Eucarística en el Santuario de la Virgen de Guadalupe.
La celebración eucarística fue presidida por el párroco del Santuario Mariano de este municipio, Fray Javier Gordillo Arellano quien de manera responsable suspendió las procesiones durante el novenario a la Virgen de Guadalupe e invitó a la feligresía a que respetaran las medidas sanitarias recomendadas para evitar que continúe incrementándose los contagios de covid-19.
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Durante la homilía, agradeció a la feligresía que desde los hogares siguieron la transmisión de la celebración eucarística a través las plataformas digitales, dijo que “así como la Santísima Virgen María fue encontrarse con su prima Isabel, esta celebración de este año del 12 de diciembre, la Santísima Virgen de Guadalupe ha salido a visitarnos a nuestras casas, a nuestros hogares, por eso esta celebración, este encuentro nos llena de esperanza, porque la Santísima Virgen María ha visitado ha estado con nosotros y nos acompaña en el camino de la vida”.
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Agregó que “esta celebración yo la resumo en tres palabras, primero gratitud, hoy queridos hermanos agradezcamos a Dios y a Nuestra Madre Santísima el don de la vida, el don de la comida, el don del trabajo el don de tantas cosas que Dios nos da todos los días y de todos los milagros, en esta celebración agradezcamos a Dios por todo los que nos da; la segunda palabra es fortaleza, hoy como familia venimos y nos presentamos ante Dios y Nuestra Madre Santísima y le pedimos fortaleza para enfrentar las situaciones que estamos viviendo, principalmente la pandemia que estamos viviendo, esta enfermedad tan terrible que ha lastimado a tantas familias del pueblo mexicano, por eso, hoy humildemente le pedimos fortaleza a ella y a su hijo Jesús, que tengamos la fortaleza y la sabiduría para enfrentar esta pandemia y otras pandemias que estamos viviendo, en especial en la ciudad de Acámbaro: la pandemia de la inseguridad, de la violencia, de la desigualdad; la tercera palabra es oración, necesitamos unirnos a través de la oración”.
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La feligresía como cada año, vistió a los niños y niñas como “inditos” haciendo alusión a San Juan Diego, indígena chichimeca que presenció la aparición de la Virgen de Guadalupe en 1531.
También llevaron sus imágenes de la Virgen de Guadalupe para que fueran bendecidas por el padre al finalizar la Eucaristía.