CELAYA, Gto.- Con la eterna herida en el corazón, familiares, amigos, compañeros y maestros de la carrera de Medicina de la Universidad Latina de México, estuvieron presentes en la ceremonia religiosa a cargo del sacerdote Carlos Sandoval, develaron la placa y entre aplausos plantaron un árbol en memoria a los cinco estudiantes asesinados hace un año.
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Cada una de las placas tenía el nombre de los jóvenes: Pablo Fabián Orozco Mateos, Jesús Virgilio Orozco Mateos, Pedro Francisco Mateos Puente, Bryan Jesús Amoles Gasca y José Eduardo Freyre Ortega.
“A nombre de la Universidad Latina de México, de la Escuela de Medicina “Dr. Rafael Lemus Muñoz Ledo”, y del alumnado, hemos preparado una breve ceremonia como reconocimiento póstumo In Memoriam a quienes con su vida dejaron una profunda huella imborrable en nuestra historia, vidas y corazones, para nuestros queridos alumnos”, se dijo durante la ceremonia.
Con respiración recortada por la imborrable herida, los padres de familia colocaron las fotografías de sus hijos en la ceremonia religiosa, donde el sacerdote Sandoval ofreció palabras que dieran luz y cobijo al corazón, mientras que las oraciones levantaron el vuelo del espíritu para seguir cumpliendo con la voluntad de Dios.
En silencio, a modo de una peregrinación de fe, más de un centenar de personas vestidas de negro, se dirigieron frente a la dirección de la carrera de Medicina, donde develaron los nombres de los cinco jóvenes que son recordados con la memoria del corazón, siempre con una sonrisa, abrazando a los padres, platicando con familiares, jugando con los amigos, estudiando con los compañeros de carrera, caminando por los pasillos de la universidad, con libros en las manos.
Siempre al frente el rector de la Universidad Latina de México, Carlos José Lemus Muñoz Ledo, se hizo una fila con el fin de que familiares y amigos dejaran escrito su nombre en un libro, como parte de los eventos que los estudiantes de medicina organizaron desde días antes.
Más tarde, familias o parejas tomados de los brazos, abrazados, entre sollozos y una respiración pausada marcada por la nostalgia, se dirigieron a campo abierto donde plantaron un árbol en memoria de los cinco jóvenes, y como un llamado a la vida de la comunidad estudiantil y docente.
Después de que cada integrante de la familia participara en la plantación del árbol, Francisco Orozco Galindo, dijo que se están organizando para solicitar que se levante un monumento en el lugar donde fueron encontrados los cuerpos de los cinco jóvenes, por el Hospital Materno Infantil y la Universidad de Guanajuato, ya sea obeliscos con sus respectivas placas, en memoria de los jóvenes.
Contextualizó que hace un año perdieron la vida cinco estudiantes de medicina, donde se encontraban sus sobrinos Pablo Fabián y Jesús Virgilio, y habían ido a festejar el cumpleaños de Jesús.
“Como ser humano, puedo decir que se ha realizado una misa, una develación de placas, y plantar un árbol, que causa mucho dolor, pero también genera un reto para que se haga justicia. Con mucho dolor estamos recordando lo que sucedió hace un año”, expuso.
Expuso que se buscará con la autoridad para que se levante un monumento en donde fueron encontrados los cuerpos, pero también en memoria de todos los jóvenes que han perdido la vida en hechos tan violentos de más de una década que ha afectan a todos los celayenses.
Por su parte, Fabiola Mateos Chavolla, madre de Pablo Fabián y Jesús Virgilio Orozco Mateos, dijo hasta el momento no existe ningún avance por parte de la Fiscalía, no existen detenidos, y tampoco exista persona alguna vinculada a proceso.
Hizo un llamado para que la Fiscalía haga su trabajo, y lo más pronto posible se pueda tener a los responsables, y estén sujetos a un proceso.
“Todos los días hay actos de violencia en esta ciudad, en este estado y en este país, y por eso hago un llamado a las familias celayenses para que cuiden bien a sus hijos, extremen todas las medidas, porque ya no se puede convivir en ningún lugar público”, concluyó.