CELAYA, Gto.- El incremento del 20% al salario mínimo en México, el cual entra en vigor a partir del 1 de enero de 2024 “tiene muchos fines, en este momento creo que su fin es electorero, más que de ayuda a la sociedad. En tiempo de elecciones, todo se vale”, aseguró el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma.
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Mencionó que desde el punto de vista económico al incrementarse el salario “van a incrementar los precios, porque el que le pagues más a un trabajador, ¿De dónde va a salir?, pues de la empresa, entonces, ¿De dónde se le va a pagar más a él?, del producto que venda esa empresa.
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¿Quién compra el producto que vende esa empresa?, las personas” “Entonces, ¿Qué se va a incrementar?, el producto para que la empresa tenga recursos para pagarle el incremento. A esta persona que le incrementaste el salario, cuando vaya a la tienda va a saber que este 20% que se le incrementó ya lo tiene el producto que va a consumir. Segundo, el salario tiene un problema de incremento que sí va a afectar la parte empresaria, porque va directamente al ISR y es una forma de captar recursos el estado, la federación y volvemos al tiempo político, ¿De dónde quieren sacar dinero?, pues de ahí”.
Considera que, si sube el salario bajo el pretexto de ayudar a uno, es con el fin de sacarle al empresario más impuestos, ya que debe pagar más al IMSS y al Infonavit, por lo que, solo le queda subir el costo de sus productos o despedir parte de su planilla para poder pagarles a los que quedan el sueldo que les corresponde.
“Entonces, alza de precios, alza de impuestos y desempleo se llama inflación. El tercer problema es, que el incremento del salario, así como se va del 20% no solamente trae problemas entre el empresario, el trabajador, los impuestos, Infonavit y el IMSS, sino que también llega un momento en que las mismas empresas van a preferir pagarles a unos, horas extras y, que el otro gane más, que tener otro empleado”.
El obispo, aunque reconoció que los salarios en México son los más bajos, a comparación de otros países y, que también es necesario que se suban, considera que esto debe ocurrir sin que haya necesidad de que los ISR suban.
“Se necesitarían que tuvieran facilidades administrativas las empresas para que pudieran generar al dispersar la riqueza, sin que se vaya al gobierno, sino que se vaya al trabajador, esa sería la solución”, concluyó el obispo.