“Es mi gran pasión”, así responde André Rieu cuando se le pregunta qué significa el violín en su vida. “Siempre soñé con ser músico. A los cinco años estaba enamorado de mi profesora de violín que tenía 18. Me gustaba mucho practicar para complacerla. También tocaba el piano y la flauta, sin embargo, mi favorito siempre ha sido el violín”, recuerda sobre sus orígenes. “El violín me ha acompañado siempre. No me imagino la vida de otra manera”.
Ahora, con 68 años de vida, el músico originario de Maastricht en los Países Bajos, se ha consagrado como uno de los violinistas más exitosos del mundo. Muestra de ello son las seis fechas agotadas que ofrecerá desde hoy y hasta el domingo en el Auditorio Nacional.
“México es un país que me emociona desde la primera vez que tuve oportunidad de venir pues la gente es muy cálida y expresiva”, dice el violinista, cuya última visita a México fue en 2015. “Los mexicanos siempre están felices y disfrutamos encontrarnos. Nunca olvidaré la primera vez que vine y al tocar Cielito lindo escuchar a 10 mil personas cantar unidos. Fue muy emocionante”, recuerda.
Para André, la música es una oportunidad para que la gente se revitalice y por eso durante sus presentaciones busca transmitir la mejor de las emociones a su público. “La música tiene el gran poder de hacer olvidar sus penas por un tiempo y llenar sus corazones de alegría. Por lo menos eso es lo que intento hacer en cada presentación”, considera.
México no será la excepción, pues el violinista sabe de la situación de violencia que se vive en nuestro país, por eso busca ofrecer un poco de sanación a través de su música. “Hemos escuchado algunas de las terribles cosas que han sucedido. El México que yo conozco es muy agradable y amable. Definitivamente creo que la música siempre brinda paz y espero que nuestros conciertos los hagan olvidar sus penas por un tiempo y llenar sus corazones de alegría”, dice.